Tras las pérdidas de 2020, Eroski consiguió volver a beneficios, pero trimestre tras trimestre ve reducido el beneficio. El grupo de distribución vasco ha presentado sus cuentas de 2022 con un un resultado neto positivo de 64 millones de euros, lo que supone un descenso del 38,9% respecto a 2021. Pese a que sus ventas brutas crecieron más de un 7% y alcanzaron los 5.476 millones de euros, por el efecto de la inflación sobre los precios, que crecieron un 12% de media.

En un comunicado, el grupo ha subrayado que esta reducción del beneficio se explica "como consecuencia del aumento de los costes, de la normalización de los resultados financieros y, de forma destacada, por la decisión de reducir nuestros márgenes para contener los precios e incrementar nuestra actividad promocional", ha destacado la CEO del grupo Eroski, Rosa Carabel. Asimismo, han asegurado que registraron un "notable" aumento de los gastos relacionados con su gestión y han destacado el "sobrecoste" de más de 38 millones que supuso el incremento de partidas como los arrendamientos, el transporte y el personal.

Por su parte, el Ebitda superó los 280 millones de euros a cierre del ejercicio, fruto de las medidas de "mejora de productividad y eficiencia implantadas en diversos procesos de la cadena de valor". Su resultado ordinario se situó en 128 millones de euros y supone un descenso del 50% respecto al mismo periodo del 2021, motivada principalmente por el resultado financiero, cuya evolución interanual "es reflejo de la circunstancia extraordinaria del pasado ejercicio, derivada del cumplimiento de los acuerdos de refinanciación".

Eroski, apuesta por el mercado en el norte de España, donde tiene una cuota del 12% en alimentación, y quiere incrementar su presencia en el resto de regiones, por lo que ha destacado el aumento de cuota en zonas de referencia como Galicia y Baleares, revertiendo la tendencia en Cataluña, y manteniendo el liderazgo en Navarra y el País Vasco. Por tanto, ha asegurado que "el desempeño ha sido favorable". Además, incrementó su presencia a nivel nacional a través de la inauguración de 78 tiendas, entre propias y franquiciadas.

Por su parte, la cooperativa matriz, Eroski S.Coop, obtuvo un resultado de 32 millones de euros, lo que supone un descenso del 45,3%, "igualmente afectado "por el impacto del incremento de costes y su asunción parcial a través de la reducción de márgenes para minimizar el efecto de la inflación en el bolsillo de las familias".

Los problemas en Eroski continúan: todo comenzó con la compra de Caprabo en junio de 2007, justo antes del estallido de la crisis, por 1.300 millones de euros. Desde entonces, Eroski ha estado atenazada por una deuda que ha conseguido reducir en 44 millones de euros en 2022, hasta situarla en 909 millones de euros. 

Crisis que hay que sumar a la situación del Grupo Mondragón, dueña de Eroski y la mayor cooperativa de Europa, que sufrió hace unos meses la pérdida de dos de sus compañías punteras, Orona y Ulma, y que enfrenta un posible proceso de jibarización