Las palabras del presidente Pepe Oliu, así como el comunicado del Banco Sabadell, que adjuntamos porque conviene leerlo en su totalidad, demuestran que Pepe Oliu ha decidido contraatacar, esta vez aprovechando el grueso error de Carlos Torres. El presidente del BBVA, hace una semana, retó al Gobierno con una tautología invertida: es el mercado el que tiene que aprobar la OPA, cuando lo haga, ya convenceremos al Gobierno de las bondades de la operación.
Pero hombre, don Carlos, usted sabe que el proceso es justo al revés: que una OPA bancaria no se hace contra el Gobierno, y que primero, aunque no debería ser así, viene el plácet gubernamental y luego la operación, no al revés.
Personalmente aplaudo a Torres, por cuanto ¿quién es el Gobierno para meterse en un operacion privada? Ahora bien, nos estamos olvidando de la cuestión de fondo: ¿la fusión BBVA-Sabadell es buena para España? No, no lo es. Y ahí, el Gobierno tiene razón. Consolida aún más el oligopolio bancario español, reduce empleo y, aún más importante, empeora el servicio bancario al cliente, quien debería ser la máxima prioridad de toda entidad bancaria.
Oliu lanza su puñaladita: el BBVA tiene un 70% de su negocio fuera de España. Podía haber añadido: y dos terceras partes del beneficio vienen del inestable México, donde manda la radical y antiespañola Sheinbaum
Oliu alude, y hace bien, a la conveniencia de sus accionistas para criticar la OPA de BBVA, pero el Gobierno habla de cuestiones generales. De forma interesada, para no molestar a sus aliados catalano-indepes, que no quieren perder un banco en Cataluña, ciertamente, pero esta vez el Ejecutivo tiene razón. ¡Qué mundo tan extraño, hasta el Gobierno Sánchez puede tener razón en algo!
Por cierto, Oliu le ha lanzado a Torres una puñaladita de lo más interesante: ha recordado que el BBVA tiene un 70% de su negocio fuera de España. Podía haber añadido: y dos terceras partes del beneficio vienen del inestable México, de la radical y antiespañola, y un poquito majadera, Claudia Sheinbaum. Aunque, como aseguraba un bancario español: no tan majadera como López Obrador. Bueno, en materia bancaria no se sabe, porque su numerito indigenista en la toma de posesión...
En cualquier caso, no tener presencia en el extranjero, o tenerla escasa y circunscribirse al mercado español, ha dejado de ser una rémora para constituir un galardón, el mercado español actual es de lo mejorcito que hay en el mundo. Lo de la diversificación internacional es un tópico del pasado.
Todo lo anterior llevaría a pensar que el Sabadell gana. Así lo espero por el bien de España, dado que las fusiones bancarias en España se siguen guiando por el viejo aforismo: fusiona dos bancos y tendrás tres problemas.
Torres ha delegado en Onur Genç la gestión del banco... aún más. El presidente del BBVA ya no lleva el BBVA, sólo lleva la OPA del BBVA sobre el Sabadell
Ahora bien, no olvidemos que a los amos de la empresa actual, bancaria o industrial, es decir, a los fondos, les gusta el burro grande, ande o no ande. La oferta del BBVA no ha mejorado mucho pero sí ha introducido el metálico, forzado por el dividendo extra del Sabadell, metálico que también agrada a los fondos. Pero los fondos prefieren una banco muy gordo, el BBVA-Sabadell, a cada uno de los dos compitiendo de forma independiente. A los fondos lo de la independencia les resulta un concepto subversivo.
A los fondos, pues, les conviene la fusión... y a Carlos Torres también. Sigue siendo una verdad incontestable que, o lo consigue, o tendrá que irse a su casa. Por de pronto, Torres ha delegado en Onur Genç todo el día a día. En parte ya lo había hecho pero lo de ahora resulta clamoroso, aunque poco glamuroso: el presidente del BBVA ya no lleva el BBVA, sólo lleva la OPA del BBVA sobre el Sabadell. No tiene tiempo para otra cosa.