Su primer trabajo se lo proporcionó su padre, cargando la caja de herramientas y ayudando en la contabilidad de la familia. Y la primera oportunidad en el mundo financiero la recuerda como si fuera ayer. “Fue una beca de verano en el Banco Santander, en el tercer año de carrera”.
Ahora, David Azcona lleva dos años en Beka Finance, 24 meses difíciles, en los que, y a pesar de la pandemia, afrontó un reto “aparentemente pretencioso” estructurar un proyecto en el área de Banca Privada del Grupo. “Nos dio solidez como equipo, argumentos reforzados para poder tener el ok del regulador y desde la segunda parte del año pasado los mimbres para “salir” al mercado”.
Azcona nos cuenta en esta entrevista que los índices de pesimismo del consumidor, por el encarecimiento de la cesta de la compra, por las menores ganancias salariales en términos reales, las cuestiones geopolíticas, el encarecimiento de los costes de financiación y la retirada de estímulos públicos están en máximos y, sin embargo, “el consumo real sigue fuerte, pero cambiando su patrón de una economía de sillón a una más demandante de servicios”
Entiende que suspender un año más el Pacto de Estabilidad y Crecimiento parece lógico dado el grado de incertidumbre tras la invasión de Ucrania, pero pide coherencia a España. “Con tasas de deuda del 120% y un déficit público del 7%, tenemos que hacer los deberes”.
Nos recomienda que, lo más adecuado en este momento, es tener un sesgo hacia sectores procíclicos. “El sector más interesante en este entorno es el sector financiero, con preferencia hacia los bancos…” y explica que el sector Energía, a pesar de las subidas de los últimos meses, “sigue siendo atractivo por valoración”.
-En un par de párrafos, por favor, cuénteme quién es David Azcona
David Azcona es una persona enamorada de su familia, fascinada por los mercados financieros y que intenta ir por el mundo de manera humilde, aportando valor en todo lo que hace. Actualmente, plenamente involucrado en el desarrollo de este gran Grupo que es Beka Finance, intento compaginarlo de la mejor manera con la atención a mis chicas ( dos niñas y mi esposa), la formación continua y el deporte. Como buen navarro, el rojo de los sanfermines y Osasuna son parte de mis pasiones junto con el ciclismo (Indurain nos marcó mucho).
En el plano estrictamente laboral, me considero una persona con cintura, pero basada en un método de años y sabiendo que el contar con una gran equipo de profesionales a mi lado es importantísimo.
-¿Me dice dónde nació?
Pamplona.
-¿Cómo recuerda su primer día de trabajo?
Lo cierto es que mi primer trabajo me lo dio el cabeza de familia, mi padre, cargando la caja de herramientas y ayudando en la contabilidad de la familia. Y la primera oportunidad en el mundo financiero la recuerdo como si fuera ayer. Fue una beca de verano en el Banco Santander en el tercer año de carrera y partía con una estancia en el departamento de análisis de riesgos a empresas.
Había una mezcla de euforia por haber sido seleccionado para una de las plazas que aparentemente eran más atractivas; de nerviosismo por el desconocimiento del mercado laboral financiero y de ganas de hacerme un puesto en el sector financiero. Como anécdota, no sé si fue el primer o segundo día, que “acabé en el despacho del director preguntando por la máquina de cuadrar balances”, creo que eso hoy sería tildado de no inclusivo y en contra de los criterios ASG.
A largo plazo, el 90% de la rentabilidad obtenida es fruto de una buena asignación de activos
-¿Siempre ha sabido que quería dedicarse al mundo financiero?
Si, ya que la escuela de mi padre me demostró que algunos trabajos de tremendo valor en nuestra economía requieren de mucha fortaleza, pericia y destreza, cualidades poco compatibles con mis habilidades personales. Por otro lado, también el poder vivir las realidades financieras de una pyme acabó por declinar la balanza llevándome al mundo financiero y en la época universitaria, además, tuve dos buenos mentores, que acabaron por darme el impulso.
-Hace dos años le ficha Beka Finance como nuevo director de inversiones, en plena pandemia. ¿Cómo han ido las cosas en estos 24 meses, complicados, muy complicados?
Creo que el optimismo que da pertenecer a un Grupo en continua expansión como es Beka Finance hace que uno olvide rápidamente los sin sabores que hemos podido pasar en estos dos años. Estructurar un proyecto en el área de Banca Privada del Grupo, justo en el momento en el que el miedo de la pandemia aparecía, aparentemente era un reto pretencioso, pero ese período fue oro.
Nos hizo “ganar” tiempo para estructurar un proyecto en el que desde el área de Inversiones podíamos organizar todo lo que necesita una Banca privada independiente, multicustodia y multijurisdicción, sin las prisas y errores que nos hubiera dado el tener que estar live en un mercado vivo. Nos dió solidez como equipo, argumentos reforzados para poder tener el ok del regulador y desde la segunda parte del año pasado los mimbres para “salir” al mercado.
-Le he escuchado decir en redes qué hay que estar pendientes del consumo como el ancla del crecimiento mundial…
Los principales catalizadores que llevan a la expansión de la economía son la actividad comercial, el gasto público, la inversión empresarial y el consumo privado. En España, este último representa cerca del 60% del PIB y esa cifra se magnifica en otras economías como la norteamericana suponiendo cerca del 70%. Por eso es vital hacer seguimiento de la salud del consumidor.
Los índices de pesimismo del consumidor, por el encarecimiento de la cesta de la compra, por las menores ganancias salariales en términos reales, las cuestiones geopolíticas, el encarecimiento de los costes de financiación y la retirada de estímulos públicos , están en máximos.
La fuerte desaceleración mundial en gran medida es atribuible a China, la segunda economía más grande del mundo
No obstante, el consumo real sigue fuerte, pero cambiando su patrón de una economía de sillón a una más demandante de servicios. Debemos estar atentos y ver cuando el exceso de ahorro del periodo álgido de la pandemia deja de ser suficiente o el mercado laboral deja de crecer. Será en ese momento cuando nos podríamos replantear ir al “saco” de todos los que vaticinan una recesión inminente. Por ahora, nos mantenemos constructivos.
-¿Pero cómo se combina consumo con inflación en máximos? En España se está desinflando
Al principio del año habíamos anticipado otro año sólido para la economía. Sin embargo, sabíamos que el crecimiento sería significativamente menor que en el 2021, dado que el repunte económico inducido por la vacuna en 2021 sería casi imposible de recrear. No obstante, este año unido al riesgo continuo de la pandemia, hemos sumado inflación obstinadamente alta, obstáculos en la cadena de suministro, la disminución monetaria, y apoyo fiscal en la mayor parte del mundo.
Por todo lo anterior, no solo por la inflación, es normal que veamos desaceleración en el consumo. No obstante, pensamos que con un mercado laboral al que le queda por mejorar, mostrando tasas de paro mínimas a un año y experimentando ritmos de crecimiento en salarios medios del 5.1% y contando a nivel familiar con el respaldo de un exceso de ahorro acumulado en la pandemia (que ha llevado a que la deuda neta de los hogares este próxima al 58.2% del PIB y no del 62.4% de un año antes), creemos que la economía nacional cuenta en el corto plazo con soportes necesarios para sostener un consumo, que lucha contra inflaciones actuales del 8.3%.
Nuestras expectativas iniciales de inflación para 2022 estaban próximas al 4.6% y actualmente están cercanas al 7%. Y las perspectivas de crecimiento del consumo las hemos bajado del 5% al 4%. El 2023 lo seguimos viendo en el terreno positivo, aunque con un consumo inferior al 2022.
-¿Qué le parece que Bruselas haya mantenido, un año más, en suspenso las reglas fiscales?
Suspender un año más el Pacto de Estabilidad y Crecimiento parece lógico dado el grado de incertidumbre tras la invasión de Ucrania. Y más a sabiendas que no tenemos la posibilidad de “tirar” de una política monetaria, que actualmente tiene que endurecerse. No obstante, con tasas de deuda del 120% s/PIB y déficit público del 7% s/PIB, sabemos que España debe hacer los deberes.
Con tasas de crecimiento esperadas para el 2023 del 3.5%, al mismo tiempo que Bruselas dice que todo vale en este 2022, también nos están exigiendo que en 2023 España debe ser “coherente”. Se está pidiendo reforma en las pensiones (desvincularlas del ipc), mejorar el mercado laboral y el dinamismo de las inversiones.
La respuesta de los Bancos Centrales a la inflación podría estar actualmente en su momento más álgido
Desde Beka Finance somos partidarios de intentar subir la capacidad de crecimiento, con mejoras en facilidad de contratación, eliminación de burocracia para gozar de ayudas a la transición, que permitan que nuestro país sea más productivo. Esa vía, llena de menor intervencionismo, creemos que es más acertada que la de cargar al contribuyente, que parece estar de manera primaria en las mentes de los dirigentes nacionales.
-Pone el foco en España por su deuda y su desempleo…
Desde Beka Finance estamos plenamente enfocados en la concesión de herramientas financieras, que permitan que España goce de mejores condiciones y que estas fomenten el crecimiento. Con ejemplos reales que llegan a las pymes e incluso al agricultor. En productos listados, la economía estatal esta francamente mal representada por la parte de renta variable. Aunque sí que tenemos localizados buenos gestores que se salen del seguimiento de los índices.
En otros ámbitos, como la deuda, hemos invertido en gestores que a su vez invierten en compañías y deuda de otros países de la Zona Euro y del mundo, para diversificar riesgos. Creemos que de manera histórica y actual que la diversificación es importante mantenerla.
-Ya no hay duda. Christine Lagarde ha puesto fechas a las subidas de tipos. ¿Qué le parece?
Tal y como hemos visto, con una inflación al 7.4%, en gran medida por contar con precios de la energía un 50% por encima del año pasado, la subida en los alimentos y la parte subyacente (3.5%), han acabado de dar la puntilla a esa cita que Lagarde propone. Es necesario que no se quede rezagado en su lucha contra la escalada en precios.
El hecho de que el BCE haya dicho que los tipos negativos se acaban en el tercer trimestre, ha llevado a que los niveles que el mercado descuenta para los tipos a 12 meses (que van en forma de merma al bolsillo de la mayor parte de los españoles) a esta misma altura del año en 2023 sea del 1.46%, pero venimos del 1.86% a inicios de mes. Pensamos que el mercado se “había pasado de frenada”, debiendo poner en perspectiva que el próximo año contaremos con crecimientos del 2.8% e inflaciones de alrededor del 2.5%.
Con lo cual subidas excesivas del precio del dinero pueden mantener bien ancladas las expectativas de inflación futura (como es el caso en el que los Breakeven a 10 años están al 2.32%), pero lastrar el crecimiento. No creemos que estemos en ese caso y ahora el mercado, no solo está atento al nivel que alcanzamos, sino como lo alcanzamos.
Nuestras expectativas iniciales de inflación para 2022 estaban próximas al 4.6% y actualmente están cercanas al 7%.
El BCE no es la Fed y es más probable que el BCE aumente 25 pb cuatro veces este año que comenzar con un aumento de 50 pb.
-¿Qué impacto tendrá en consumidores y empresas?
Como decíamos antes, las previsiones de crecimiento para el próximo año ya son inferiores.
El impacto en consumidores y empresas ya está metido en precio. Entre otros muchos motivos, la subida del precio del dinero busca evitar que exista un efecto “bola de nieve” en precios y pasa por suavizar el dinamismo.
Lo importante es que no se espere que los tipos vayan a más. Nuestra percepción es que la respuesta de los Bancos Centrales a la inflación, en agresividad esperada, podría estar actualmente en su momento más álgido. En la medida que pasen los meses, los miedos a ese menor crecimiento (ya esperado) para finales del 2023 y 2024 harán que, junto con datos más benévolos de inflación, mermen las expectativas mundiales de alzas en tipos.
-Le hago una pregunta utilizando una frase que David Azcona ha dicho: “el incremento del dinero y la inflación no deberían hacer descarrilar la economía”. Sin embargo, ese es el gran temor ¿no?
Efectivamente es el gran temor, pero nos posicionamos en un modo no tan alarmista. Como decíamos antes, podemos estar ante un cambio en la agresividad de los Bancos Centrales en los próximos meses. Ser conscientes de poseer una economía no tan eufórica y contar con datos menos agresivos en precios harían que el coste de financiación no suba tanto como es necesario para hacer descarrilar el consumo, la inversión y la capacidad de crecimiento futuro.
Ya está metido en precio para muchas zonas, la subida de tipos a niveles neutrales (próximos a sus expectativas de inflación a largo plazo) y aún así las condiciones financieras son mucho más laxas que las vividas previamente a la pandemia. A los ritmos esperados de reducción de Balance metidos en precio para muchos Bancos Centrales, nos costará años reducir lo que en tan solo uno se inyectó en la Economía. No estamos ante la perspectiva de un globo que rápidamente pierda el aire insuflado.
-Ante este escenario geopolítico y económico difícil, ¿son positivos entonces?
Si, pensamos que podemos gozar a nivel global de tasas de crecimiento próximas al 3.4%, ligeramente por encima de la media histórica de los años recientes. No esperamos una recesión en 2022 y algunos índices evidencian que la inflación puede haber alcanzado su punto máximo.
No esperamos una recesión en 2022
Las encuestas de actividad, aunque menos fuertes en el último mes, contemplan un escenario en expansión.
-¿A qué hay que temer?
1)Menor crecimiento mundial. La fuerte desaceleración del crecimiento mundial en gran medida es atribuible a China, la segunda economía más grande del mundo. Su Política de cero COVID ha llevado a los confinamientos más estrictos desde la pandemia en su primer golpe a principios de 2020. Somos de la idea de que la apertura de su economía venga en la segunda parte del año y eso conllevará a una mejora en actividad, suministro y perspectivas. Todo lo que vaya contra esa tesis pondría en jaque las perspectivas.
2)Actualmente se está hablando de la penalización de los beneficios por minoración de márgenes. Pensamos que los crecimientos de beneficios pueden estar próximos al 9%. Todo lo que haga pensar en minoración de esos niveles sería contraproducente.
3)Adicionalmente, lo que incremente el riesgo bélico, la subida continuada de materias primas, sorpresas adicionales en tipos, será contraproducente.
4) Siempre miramos las cosas desde el lado negativo. Y todos aquellos que han decidido salir de mercado, dejándose llevar por el pesimismo mundial que está en extremos históricos, deben estar temerosos ante un posible cambio brusco de parecer de la comunidad inversora, que puede llevar a que las cosas se normalicen.
-¿Qué va a pasar con la renta variable?
La verdad es que la bola de cristal no la tenemos, pero creemos que a final de año estará muy por encima de los niveles actuales. A pesar de las valoraciones actuales, no vistas desde el 2017 y muchas de ellas por debajo de las medias de los últimos 10 años, creemos que el estar invertido con visión de largo plazo tiene todo el sentido del mundo. Podríamos estar en un momento ideal para todos aquellos que tengan temáticas seleccionadas que crean que han de triunfar en el largo plazo y que puedan soportar el escenario de volatilidades actuales (que hacen totalmente factible que nos movamos diariamente en rangos del +/-1.8%).
-¿Y con la renta fija?
Tras estar ante una caída histórica, pese al miedo que existe en la evolución de su precio por la parte de subida de tipos y posibles incrementos en las tasas de mora, estamos constructivos. Nos encontrábamos desde hace mucho pidiendo que este activo “pagara algo” y ahora es el momento de poder obtenerlo.
Las encuestas de actividad, aunque menos fuertes en el último mes, contemplan un escenario en expansión
Existen yields que podemos obtener en algunos nichos corporativos, tanto en países emergentes como desarrollados, que nos pueden cubrir ante la inflación prevista a largo plazo. Creemos que las tasas de impago, implícitas en muchas valoraciones, están desajustadas respecto a ratios de saneamiento de las empresas.
-Ustedes apuestan, entre otros sectores, por los activos alternativos. En concreto, por la agricultura, ¿Por qué?
Creemos que, en carteras de largo plazo y diversificadas, los productos alternativos deben de jugar un papel importante. Esa parte de asignación a alternativos, en gran parte, carece de liquidez, pero nos aporta diversificación respecto al ciclo financiero que el resto de la cartera puede estar viviendo. En la parte de agricultura existen estudios que muestran su descorrelación en comportamiento con el groso de la economía, siendo capaz de darnos cobertura en un entorno actual de subida del precio de la cesta de la compra, y permitiéndonos adaptarnos, por la manera de implementarse a los criterios de sostenibilidad que perseguimos y con rentabilidades objetivo atractivas.
-¿Qué rentabilidad espera que aporten estos activos a sus carteras?
En general, a este tipo de activos, adicionalmente a la diversificación, les pedimos rendimientos entre el 8-13%.
-Qué tipo de fondos se adaptan mejor a la situación actual de los mercados
A largo plazo, el 90% de la rentabilidad obtenida es fruto de una buena asignación de activos. Más que de fondos hablaría de estrategia de inversión actual. Creemos que estar invertidos en renta variable global (con sobre ponderación en Europa y Emergentes), junto con la inversión en deuda (Investment grade USA, HY Europa e IG emergente) y la compra en alternativos (líquidos e ilíquidos diversificados), es la mejor de las ideas.
En cartera poseemos varios fondos que francamente lo están haciendo muy bien en renta variable, en deuda los gestores han tenido más difícil no caer en rendimientos negativos, pero hay fondos como DNCA Alpha Bond que lo han hecho francamente bien. Y en alternativos hay grandes gestores que este año están brillando.
-¿Qué sectores no debemos perder de vista y por qué?
Hoy en el comité de inversiones veíamos como la mejora de las inversiones value había venido acompañada de una subida de tipos generalizada.
En cartera tenemos varios fondos que, francamente, lo están haciendo muy bien en renta variable
En la última semana, hemos visto pasar el 10 años norteamericano del 3.10% al 2.72%, por miedo a crecimiento, y el value no da la vuelta frente al growth. Si persiste el nivel actual de tipos a largo, podríamos ver una vuelta del apetito por el growth. Por ahora, pensamos que lo más adecuado en estos momentos es tener un sesgo hacia sectores procíclicos . El sector más interesante en este entorno es el sector financiero, con preferencia hacia los bancos, ya que un entorno de subida de tipos de interés suele ser positivo para sus márgenes de intermediación financiera.
Nuestras principales posiciones son:
o Banco de Santander, BBVA en España
o Para el resto de Europa, nuestra preferencia es Lloyds Plc y BNP.
El sector Energía, a pesar de las subidas de los últimos meses, sigue estando atractivo por valoración ya que muchas de las compañías no están reflejando totalmente las subidas de los precios del petróleo. Adicionalmente, el sector tiene un sesgo procíclico, que puede ser interesante en el entorno actual y pueden darnos cobertura ante las fuertes subidas de la inflación.
Las compañías que creemos tienen valoraciones más atractivas en el sector son: Repsol en España, y TotalEnergies en Francia. El potencial en sus valoraciones es elevado, teniendo margen incluso para asumir caídas del precio del petróleo a los niveles previos al conflicto en Ucrania.
Por último, el sector de Salud, especialmente las compañías farmacéuticas, a pesar de ser un sector más defensivo, muestra valoraciones por debajo de sus medias históricas, así como unas expectativas de crecimiento en beneficios, que lo hace atractivo en estos momentos.
De manera global, toda la composición de las carteras se realiza mediante un proceso en el que la sostenibilidad viene integrada en la selección de activos. De manera temática invertimos en la digitalización mundial, la transición energética y la disrupción no solo tecnológica.
Cuando confeccionamos las carteras, la composición global tiene exposición a value, momentum, growth y calidad. Entendemos que la combinación de dichos factores y sin excesos, históricamente, es la más acertada.
Y por último, ¿dónde tiene invertidos sus ahorros? Si es que me quiere contestar claro
Generalmente, una de las cosas que al equipo nos echa para atrás a la hora de seleccionar un gestor, es que no tenga alineación de intereses con la estrategia que capitanea. La inversión de su propio capital es vital para confiar. En mi caso intento hacer aquello que pido a dichos gestores. Soy un inversor más en nuestro fondo de agricultura, creo que el euro tiene que revaluarse vs. el dólar USA (y tengo posiciones que se favorecen de ello), poseo ideas enfocadas a favorecer la transición energética, creo en los gestores activos e invierto en ellos, en el último mes y medio he incrementado la renta variable (como hemos hecho con los clientes) y por primera vez en mucho tiempo he comprado deuda corporativa. Como buen español siempre hay inversiones en real estate.