El presidente del Gobierno Pedro Sánchez presumía ayer, en el pleno del Congreso, de que "España tiene hoy 4 puntos menos que la media europea de presión fiscal y estamos cumpliendo con los objetivos de déficit y España ha salido por primera vez en una década del procedimiento de déficit excesivo gracias a las políticas de este Gobierno". 

Esas fueron sus palabras. Pero, como siempre, las palabras de Sánchez hay que contextualizarlas e incluso rebatirlas, porque miente más que habla. 

El pasado miércoles 2 de octubre era noticia que la autoridad fiscal europea (la Junta Fiscal Europea, similar a lo que sería la AIReF en España) ha reprochado a Bruselas no haber abierto expediente a España por su déficit excesivo, es decir, por superar el umbral del 3% de déficit sobre el PIB en 2023 -que impone la vuelta a las reglas fiscales europeas- hasta situarlo en el 3,6% el año pasado.  

En concreto, la Junta Fiscal Europea destacaba: "En junio de 2024, la Comisión propuso abrir procedimientos por déficit excesivo a siete Estados miembros sobre la base de los datos de resultados de 2023. España se libró a pesar de tener un déficit del 3,6% del PIB en 2023, muy por encima del 3% del PIB", lo que para la autoridad fiscal europea planteaba "problemas de coherencia" y criticaba la "discrecionalidad" de tal decisión.

Aunque la Comisión Europea justificó su decisión en  que las previsiones para este año 2024 sitúan el déficit español en el 3%, el presidente de la Junta Fiscal Europea, Niels Thygesen, discrepó: "Uno de los valores del procedimiento por déficit excesivo es que se basa en hechos observables. Y los hechos observables para 2023 es que el déficit se situaba en el 3,6%".

Además de esto, y volviendo a las palabras de Sánchez sobre la presión fiscal -lo que representan los ingresos por impuestos sobre el Producto Interior Bruto (PIB)-, el presidente calcula que tiene margen para subir la recaudación por impuestos en nada menos que 60.000 millones de euros, según El Mundo. Esto es así porque el Gobierno tiene en cuenta que la media de la presión fiscal en la UE está en el 41%, mientras que en España, con la última revisión al alza que hizo el INE en la Contabilidad Nacional, la presión fiscal estaría en el 37%. 

Para ello, según avanzaba hoy el mismo medio, el Ejecutivo tiene previsto aprobar nuevas medidas fiscales en los próximos tres meses. Es decir, una nueva subida de impuestos, con independencia de los Presupuestos Generales del Estado (PGE): por ejemplo, subida impositiva en Sociedades para grandes multinacionales y continuar con los impuestos a la banca y a las energéticas.

Cabe recordar que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no quiso deflactar la inflación en el IRPF en estos años de precios altos, lo que le ha permitido elevar los ingresos fiscales... a costa del bolsillo de los contribuyentes españoles. Cuando el IPC se dispara, y a veces aunquen no se dispare, la costumbre es deflactar en similar porcentaje la tarifa que se aplica a cada nivel de renta. Si no se hace, estamos ante una subida de impuestos, tan real como encubierta. Y con el IPC que hemos soportado.

El País publicaba hoy que la Comisión Europea tendrá en cuenta el efecto de no deflactar el impuesto de la renta a la hora comprobar si se cumple con el plan fiscal...

Pero es que, además de todo esto, existe un concepto que se llama 'esfuerzo fiscal' -se define como la división de la presión fiscal entre el PIB per cápita-. Este indicador es el más usado en la comparación de los sistemas fiscales internacionales.

Pues bien: según el informe ‘Competitividad fiscal 2023’ realizado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE), publicado en abril de este año, "España realiza (con datos de 2022) un esfuerzo fiscal un 17,8% superior al de la Unión Europea, que, ya de por sí, es bastante elevado en el contexto internacional, muy por encima del de otros países de la OCDE. Entre las grandes economías avanzadas, ninguna presenta un esfuerzo fiscal superior al de nuestro país". 

Otras conclusiones de este informe de ‘Competitividad fiscal 2023' realizado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE) son que "la recaudación tributaria en España ha vuelto a marcar récord histórico en 2023. La previsión de ingresos tributarios va a creer en un porcentaje algo superior al PIB, por lo que la presión fiscal en España se situará alrededor del 39% y el esfuerzo fiscal ya es un 17,8% superior al de la UE".

Más, según el IEE: "Las dos figuras tributarias en las que España tiene una mayor presión fiscal normativa son la imposición empresarial (con un impuesto sobre sociedades de los seis más gravosos de la OCDE) y la imposición patrimonial (que es la segunda peor de toda la OCDE)".

"Por su parte, la cuña fiscal (suma de cotizaciones sociales e IRPF) se eleva hasta el 59,5 para los asalariados sujetos al tipo máximo de IRPF, se sitúa claramente por encima de la media de la OCDE, que es del 47% para los mismos casos", añade este informe

Conclusión: una vez más, Pedro Sánchez trata de manipular los datos económicos en beneficio propio, para alabar su gestión. Pero un contraste con otras fuentes y organismos económicos de prestigio concluye que los españoles estamos sometidos, desde que gobierna el socialista, a una carga fiscal brutal. 

Pero esto es lo que votan muchos españoles. Allá ellos... 

Por cierto: el Gobierno tiene que mandar a Bruselas, el próximo martes, el Plan Fiscal Estructural donde debe explicar cómo va a controlar el déficit y la deuda pública que arrastra el Estado. Sánchez lo insinuaba ayer: el Ejecutivo "va a presentar un Plan Fiscal Estructural", donde van a "figurar compromisos de responsabilidad de gasto, pero también nuevas inversiones para el futuro cercano" pero que "no va a haber recortes". "España está haciendo los deberes en la sostenibilidad de las cuentas públicas".

Veremos.