España y la mayoría de Estados miembros han cometido dos errores en materia energética y automovilística. Por un lado, han extendido el timo del tope ibérico al gas que genera electricidad y por otro, han aprobado el veto a los coches de combustión a partir de 2035.
Antes de la reunión de los ministros de Energía de la Unión Europea de este martes, la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, ya presumía de que lograrían una prórroga del timo del tope ibérico (oficialmente llamado excepción ibérica) hasta el próximo 31 de diciembre. Una medida que se activó en junio de 2022, fijando el tope en 40 euros por megavatio hora (MWh) durante los primeros seis meses y después un incremento de 5 euros mensuales. Ahora, con la prórroga aprobada, en lugar de que cada mes suba 5 euros, el incremento se suavizará y se pasará “de los 55 actuales a los 65 de diciembre”, ha explicado la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Horas después, la prórroga del timo del tope ibérico ha sido aprobada por el Gobierno español. El CEO de Redexis, Fidel López Soria, ha señalado que puede volver a tener efectos “indeseados” en el sector energético y que con los precios actuales, los cuales son más moderados que los de hace un año, no está siendo necesaria, como ha referido en el foro ‘Wake up, Spain!, organizado por El Español, Invertia y D+I.
Al hilo de dicho tope, cabe matizar algunas cuestiones. El Gobierno Sánchez presume de que España es el país con la mejor inflación de Europa, pero no es del todo cierto, porque tiene el peor dato de inflación subyacente, la cual continúa encadenando récords... en gran parte por el elevado encarecimiento de los alimentos. Según los últimos datos, el IPC general se situó en el 6% en tasa anual en febrero, muy lejos del 10,8% registrado el pasado julio: en este descenso ha contribuido el tope. Claro que la inflación subyacente ha seguido una tendencia ascendente, llegando al récord del 7,6% en el segundo mes del año, con un encarecimiento de los alimentos del 16,6%. Y con la prórroga, Pedro Sánchez estará muy feliz porque la medida seguirá estando vigente durante la presidencia española de la UE y en el final de su legislatura en el que convocará elecciones generales.
Al mismo tiempo, los consumidores españoles no son los únicos beneficiarios de dicho tope. Tanto Ribera como Beatriz Corredor, presidenta de Redeia (antigua Red Eléctrica), están felices con el aumento de las exportaciones de electricidad a Francia y Portugal, pero callan que nuestros vecinos no aportan nada para compensar a los productores de ese gas topado. Unas compensaciones de las que sólo se hacen cargo los consumidores españoles, ¡olé! Es más, desde Redeia se presume de que el saldo de intercambios ha sido exportador, especialmente con Francia y Portugal, por primera vez desde 2015,... y no se menciona que los vecinos galos se han aprovechado del timo del tope ibérico al gas pero sin aportar para compensar a los productores de dicho gas.
🟢 España logra extender el Mecanismo Ibérico
— Transición Ecológica y Reto Demográfico (@mitecogob) March 28, 2023
La Comisión Europea 🇪🇺 aprueba prolongar la excepción, un seguro de protección a los consumidores ante posibles incrementos del precio de la electricidad. Se trasladará hoy a Consejo de Ministros
🔹VP @TeresaRibera desde Bruselas pic.twitter.com/OK8zbdYjeE
Paralelamente, la mayoría de Estados miembros de la UE han aprobado la prohibición de la venta de coches nuevos de combustión (gasolina y diésel) a partir de 2035. Esto confirma que sólo quiere que se compren coches más caros sí o sí,... y que no le importan los problemas de los eléctricos ni las emisiones de CO2 que estos últimos generan en todo su ciclo de vida (hasta ahora muchos vienen de China, así como sus baterías, donde se fabrican usando energía procedente del carbón). Asimismo, refleja que “estamos haciendo una movilidad sólo para ricos”, como ha criticado Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, cuando “necesitamos todas las tecnologías disponibles para alcanzar el objetivo de reducir las emisiones de CO2”.
Se prohibirán los coches nuevos de gasolina y diésel a partir de 2035, pero no los que incluyan combustibles sintéticos (producidos con CO2 capturado e hidrógeno verde). Eso sí, por ahora, no se incluyen los biocombustibles, que se generan a partir de residuos
Una prohibición que han aprobado 23 Estados miembros, incluyendo Alemania, que tras su negativa inicial ha cedido en los últimos días al permitirse coches que usen combustibles sintéticos. Estos últimos se producen combinando CO2 capturado e hidrógeno verde, y se consideran climáticamente neutrales porque sólo emiten el CO2 capturado previamente. “No cambia el texto acordado con el Parlamento Europeo”, sino que aporta detalles sobre los próximos pasos para incorporarlos a la normativa comunitaria, ha explicado la comisaria europea de Energía, Kadri Simson.
Un veto a los coches de combustión ante el que Italia, Bulgaria y Rumanía se han abstenido, mientras Polonia ha votado en contra. La abstención de los primeros obedece en parte a que no se han incluido los biocombustibles, que pueden ser de dos tipos, según la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP): los avanzados se producen a partir de residuos agrarios y forestales o de la industria agroalimentaria; y otros bajos en carbono que se generan a partir de residuos sólidos urbanos o residuos plásticos. Y por cierto, cabe recordar al poeta, dramaturgo, filósofo e historiador alemán Friedrich Schiller, quien defendía que las casualidades no existen, porque este mismo martes se ha conocido que la UE ha paralizado el tercer pago de 19.000 millones de los fondos europeos al país que lidera Giorgia Meloni.
Recientemente, Imaz ha insistido que “los biocombustibles avanzados y los combustibles sintéticos emiten en toda su cadena de valor menos que el coche eléctrico”. En relación a los que critican estos últimos porque “son muy caros”, ha aludido que, según estudios del Instituto Fraunhofer, las previsiones de coste apuntan para “2035 con un 42% de mezcla de sintético y un 58% de diésel mineral 1,36 euros/litro, pagando ya sus respectivos impuestos, y en el año 2050 con 100% de combustible sintético 1,38 euros/litro”.