La deuda de las Administraciones Públicas ascendió a 1,578 billones de euros (con ‘b’) en septiembre, según datos publicados este viernes por el Banco de España. Es un nuevo récord que casi con total probabilidad se volverá a superar en octubre. No, la cosa no va bien.
El nuevo récord, sin embargo, supone una caída hasta el 109,9% del PIB, dato que ya se encargará el Gobierno de exprimir para convencernos de que, en realidad, está disminuyendo la deuda. No es verdad, lo que sucede es que el PIB nominal de los últimos cuatro trimestres es mayor, algo no muy difícil ya que comparan con los PIB afectados por la pandemia.
Si la desagregamos, la deuda del Estado aumentó un 6,3%, hasta los 1,412 billones de euros, la deuda de la Seguridad Social creció un 7%, hasta los 106.000 millones, la de las CCAA aumentó un 1,7%, hasta los 320.000 millones y la de los ayuntamientos creció un 2,3% y alcanzó los 23.000 millones.
Todas esas deudas -en total, 1,578 billones- las tienen que pagar los contribuyentes y lo harán a través de impuestos y tasas. Y como el Gobierno no hace más que aumentar esa deuda, también aumentarán los impuestos y las tasas.
Efectivamente, se aproximan años muy difíciles para familias y empresas, y muy cómodos para el Gobierno.