Los rumores de un nuevo para de transportes por parte de la Plataforma Nacional por la Defensa del Transporte van en aumento. Su presidente, Manuel Hernández, ya ha hecho varias declaraciones asegurando que todo está preparado para reanudar los paros en julio, si no llegan a un nuevo acuerdo con el Gobierno. Todo apunta a que el Comité Nacional de Transporte por Carretera (CNTC), órgano legítimo de representación del sector del que, sin embargo, no forma parte Plataforma, no se unirá. Pero cabe recordar, que los de Hernández, por muy minoritarios que sea, hicieron mucho ruido con su anterior paro.
¿Y qué hace el Gobierno? Reunirse con la CNTC. Mañana mismo tienen una nueva reunión, y basar su estrategia en ganar tiempo, aprobando todo lo que pidan los transportistas, hasta que bajen los precios de los carburantes.
Tres grandes promesas conforman su fórmula para 'marear la perdiz'. En primer lugar, el Gobierno llegaba a un acuerdo para establecer un régimen sancionador para las empresas que paguen a más de 60 días en el sector del transporte, intentando así luchar contra la morosidad. Pero según informan fuentes del sector, la medida no ha calado, puesto que las tasas de morosidad siguen siendo muy altas, y a los transportistas solo les queda recurrir a la justicia, que como sabemos, rápida no es.
Por otro lado, tras la aprobación del Real Decreto-ley 3/2022, de 1 de marzo, los conductores y transportistas de camiones de más de 7.500 kg de MMA tienen prohibido realizar operaciones de carga y descarga de mercancías en cualquier punto de España. Algo que, en principio, ya está regulado y es efectivo, pero que según informan fuentes del sector no se está ejecutando.
Y por último, y motivo de las próximas reuniones, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha presentado el primer borrador de la futura normativa en la que se aplicarán los principios de la Ley de cadena alimentaria al transporte de mercancías por carretera, lo que debe conducir a que este sector no trabaje a pérdidas, algo muy difícil de regular y de hacerse efectivo.
Por tanto, estamos ante tres grandes medidas, dos de ellas puestas en marcha y que no funcionan y otra pendiente, pero que parece que irá por el mismo camino que las dos anteriores. En resumen, todo por ganar tiempo, a ver si los precios de los carburantes bajan por arte de magia, y se libran de huelgas, protestas y paros. El acuerdo al que se llegó en marzo ya está obsoleto, lo que prometió no sirve puesto que los precios no han dejado de subir, y la solución sigue siendo la misma, que el Gobierno pague y baje los impuestos del caburante.