Intel está sacando tajada de la crisis de chips, pues está entre los principales fabricantes del mundo y lideró las ventas en 2020, según el ranking de la consultora IC Insights (ver tabla inferior). Y es que ha ganado 19.868 millones de dólares (-4,9%) y ha tenido una facturación récord de 79.024 millones (+1%) en el ejercicio fiscal 2021 (26 de diciembre de 2020 a 25 de diciembre de 2021), y ha anunciado que invertirá en nuevas plantas en EEUU, pero no en Europa, por ahora. Además, hay que recordar que cuando se conocieron las cifras del primer semestre, señaló que “nunca ha habido un momento más emocionante para estar en la industria de los semiconductores”.
El fabricante de chips estadounidense, con sede en Santa Clara (California, EEUU), ha anunciado que planea invertir más de 20.000 millones en la construcción de dos nuevas plantas en su país, como recoge Hibridosyelectricos.com, concretamente en su campus de Ocotillo, en Chandler (Arizona), que espera que entren en funcionamiento en 2024. De esta forma, pretende ayudar a paliar la escasez de chips en EEUU, según indicó Engineering News-Records. Y no se puede olvidar que anunció una inversión de 95.000 millones en la próxima década y que estaba considerando varios países para ubicar nuevas fábricas en Europa (actualmente ya tiene una en Irlanda) y reducir así la fuerte dependencia de países del continente asiático.
Patrick Gelsinger, presidente ejecutivo de Intel, ha señalado: “somos una empresa que hace lo que dice. Espero que la Unión Europea termine con su ley de chips y esperamos que, en meses, podamos seguir con nuestros próximos anuncios”
Patrick Gelsinger, presidente ejecutivo de Intel, ha señalado a Reuters, que “somos una empresa que hace lo que dice. Espero que la Unión Europea termine con su ley de chips y esperamos que, en breve, en meses, podamos seguir con nuestros próximos anuncios”. Y es que la Comisión Europea propondrá el próximo febrero la revisión de dicha legislación (la conocida como ‘European Chips Act’), que se espera que este lista para el tercer trimestre y que busca potenciar y desarrollar una industria europea de semiconductores, llegando al 20% de la fabricación mundial para 2030, el doble de la que representa actualmente (entre otras compañías, está la neerlandesa ASML). Además, la taiwanesa TSMC está en conversaciones con Alemania sobre la posibilidad de construir una planta en dicho país y conviene destacar que fue la tercera en ventas de chips en 2020 tras Intel y la surcoreana Samsung.
Paralelamente, Intel ha recibido un ‘regalo’. El Tribunal General de la Unión Europea (TUE) ha anulado la multa récord de 1.060 millones) que le impuso Bruselas hace más de una década por abuso de posición dominante para intentar expulsar a sus rivales, especialmente a su compatriota AMD. En 2009, la Comisión Europea le castigó por conceder fuertes descuentos e incluso pagos a determinados fabricantes de ordenadores para que no usaran los chips de AMD. Ahora el TUE ha concluido que el análisis de Bruselas es “incompleto” porque no permite demostrar suficientemente que los descuentos podían perjudicar a la competencia.
En cualquier caso, Europa sigue siendo el rehén de los grandes fabricantes de microprocesadores.