Evergrande sigue inmersa en una grave crisis, pues ha dado a conocer que ha tenido unas pérdidas superiores a los 72.400 millones de euros entre los años 2021 y 2022. Y esto ha lastrado las bolsas chinas, extendiendo la tendencia bajista de un día antes por los débiles datos macroeconómicos (el PIB chino sólo subió un 0,8% en el segundo trimestre, frente al 2,2% que creció entre enero y marzo), y ha provocado descensos entre las principales inmobiliarias del gigante asiático.
La gran promotora inmobiliaria china tuvo un beneficio neto de 1.007 millones de euros en 2020, pero ahora queda lejísimos de repetirlo. El 2021 fue muy malo, con pérdidas de 59.357 millones, en parte, por el alto endeudamiento, el batacazo del Covid y sus durísimas restricciones, pero también por su diversificación (que le llevó a incrementar aún más su elevado endeudamiento) y por las regulaciones del Gobierno chino: la regla de ‘tres líneas rojas’ para regular el apalancamiento de las promotoras inmobiliarios y limitarlo; así como los límites a los préstamos hipotecarios, los topes al precio del alquiler en las grandes ciudades y las cancelaciones de subastas de tierras para intentar controlar el aumento de precios de la vivienda y que provocaron una desaceleración del sector.
En septiembre de 2021, Evergrande se encontraba al borde del colapso, tras el vencimiento del plazo para pagar 84 millones de dólares en concepto de los intereses de un bono de 2.000 millones. Poco después esperaba ingresar 5.750 millones de euros vendiendo la mitad más una de sus acciones a la promotora Hopson para hacer frente a una deuda de 263.000 millones de euros, pero finalmente canceló dicha venta. El Gobierno comunista de Xi Jinping mantuvo un calculado silencio y no dio pistas sobre un posible rescate, total o parcial, lo único en lo que ‘ayudó’ fue en la compra del 20% de Evergrande por parte del banco Shengjing Bank, que es de propiedad estatal.
En 2022, los números rojos se redujeron a 13.105 millones, pero no hay que olvidar que su pasivo asciende a 267.137 millones, y que no sólo ha incumplido plazos para pagar intereses de bonos, sino también el plazo que se autoimpuso para dar a conocer a finales de ese año su plan de reestructuración (lo hizo en marzo de 2023). De hecho, logró un acuerdo con una serie de grandes acreedores para reestructurar el 84% de su deuda offshore (17.728 millones de los 18.858 millones totales. Y en ese momento se cumplía un año desde la suspensión de su cotización, ahora la publicación de los resultados de 2021 y 2022 refleja parte de los esfuerzos de Evergrande, que quiere volver al parqué.