Redeia (antigua Red Eléctrica que cambió de nombre hace unos meses) ha publicado este martes sus resultados de 2022 y no traemos buenas noticias, o al menos, las que esperaba este humilde servidor. El grupo ha obtenido un resultado del ejercicio inferior al del año anterior: 664,73 millones de euros (M€), un 2,3% menor a los 680,63M€ que ganó en 2021. Si bien parece un decremento significativo, hay que recordar que en 2021 tuvo un resultado superior en aproximadamente un 10% al de 2020, mucho pedíamos. El grupo achaca la evolución negativa del resultado a ajustes regulatorios (los cuales han tenido un impacto de 35M€), que de no haberse dado habrían aumentado dicha partida en un 1,8%, y también a los mayores gastos de gestión de infraestructuras eléctricas en España.
De igual manera, la compañía transportista de luz y operadora del sistema eléctrico español que preside Beatriz Corredor, exministra socialista y amiga de Pedro Sánchez (debido a esto último se colocó aquí, pese a no tener ninguna experiencia previa en el sector energético), ha sufrido una caída en su cotización del 3,5% tras la publicación de sus cuentas. Parece que al mercado -y por tanto, a los inversores- no les han gustado las cifras... algo que no ha podido compensar ni siquiera el anuncio de que propondrá el reparto de dividendo complementario de 0,727€ en la próxima Junta de Accionistas. En concreto, el precio de la acción de Redeia cerró la sesión del lunes 27 en 16,2 euros (€) por acción y en el momento de la realización de este artículo, el mismo se ha situado en los 15,59€/acción, lo que supone un decremento en términos relativos del 3,73%, y que la acción esté en valores muy similares a los de hace un mes.
La facturación ha aumentado un 3,2%, a 2.015,04M€. Es decir, ha obtenido un resultado negativo de manera comparativa con el de 2021, pero logrando un mayor ingreso. Es decir, a priori, la gestión de los recursos no parece buena
La facturación del grupo, cifra de negocio, en 2022 ha aumentado un 3,2%, pasando de 1.952,96M€ a 2.015,04M€. Es decir, de acuerdo con lo mencionado al inicio de este artículo, ha obtenido un resultado negativo de manera comparativa con el ejercicio 2021, pero logrando un mayor ingreso, sobre todo por la evolución positiva del negocio internacional, varias adquisiciones, el efecto favorable de los tipos de cambio y la contribución del negocio satelital (Hispasat) por mayores ventas, según ha explicado el CEO, Roberto Merino. Es decir, a priori, la gestión de los recursos por parte del grupo no parece buena, pero veamos a continuación.
La capacidad de generar recursos, medida a través del indicador ebitda (resultado bruto de explotación), ha disminuido entre 2021 y 2022, rompiendo la senda ascendente en igual comparativa vista en el análisis de los períodos anteriores. El ebitda de Redeia en el conjunto del año ha alcanzado los 1.491,25M€, cantidad inferior en un 0,5% a la de 2021 (1.498,64M€), marcada por ingresos y costes (en especial por la evolución del mantenimiento), y sin los ajustes regulatorios habría subido un 1,8%. Es decir, la compañía que lideran Corredor y Merino ha realizado una, llamémosle no buena, gestión de los gastos de explotación, ya que ha aumentado sus gastos recurrentes en mayor medida que los ingresos.
Cabe recalcar que el ebitda internacional del segmento “Gestión y Operación Infraestructuras Eléctricas” se ha disparado casi un 100%, situándose en niveles muy similares a los del segmento de Telecomunicaciones, los cuales también han ascendido en igual comparativa, pero claro, un descenso del ebitda del negocio nacional del segmento “Gestión y Operación Infraestructuras Eléctricas” por importe de 60M€... hace muy difícil una evolución positiva de la cifra total de ebitda. No se apuren, el grupo vuelve a poner de manifiesto que dicho decremento del ebitda anual se debe a los mencionados ajustes regulatorios, cierto es, pero no sabemos si podían preverse o no, solo la gerencia del mismo lo sabe. El ebit (ebitda una vez descontados los deterioros y amortizaciones) ha disminuido en un 3,1%.
El ebitda internacional del segmento “Gestión y Operación Infraestructuras Eléctricas” se ha disparado casi un 100%, situándose en niveles muy similares a los del segmento de Telecomunicaciones, mientras el ebitda del negocio nacional del segmento “Gestión y Operación Infraestructuras Eléctricas” desciende... y hace muy difícil una evolución positiva de la cifra total de ebitda
Finalmente, echemos un vistazo al estado de flujos de efectivo con el objetivo de estudiar la evolución de su liquidez. Estamos de enhorabuena, el grupo ha aumentado su flujo libre de caja para el accionista en un 55,2%. Ello con un flujo de actividades de explotación inferior en un 2,4% y un incremento del pago de sus inversiones en un 79,3%. Entonces la duda es clara, o el flujo libre de caja procede de la obtención de financiación o de una enajenación de participación. Y esta última opción es la correcta, como se puede ver en que la partida cambios en otros activos y pasivos, la cual se ha incrementado en 1.007,30M€, pasando de los 20,61M€ en 2021 a 1.027,91M€ en 2022. Y todo ha sido gracias, principalmente a la venta de una participación del 40% de Reintel al fondo de inversión KKR por 996M€. Una venta que, junto a los tipos de cambio, ha contribuido a la reducción de la deuda en más de 1.000M€, hasta 4.634M€, tras el pago de dividendos, y de la cual el 80% está a tipo fijo (más tranquilidad en este contexto de altos tipos de interés) y con una clara prefencia por el euro.
Conclusión: el resultado de Redeia ha descendido en 2022 por los ajustes regulatorios acaecidos y que han evitado que aumentara. Por otro lado, el grupo ha elevado sobremanera su flujo libre de caja para el accionista en un 55,2%,... por la venta de una participación del 49% de Reintel. Y no se puede perder de vista que el Estado controla el 20% del capital del grupo a través de la SEPI.