El fondo Rhône Capital y José Manuel Vargas se frotan las manos en Maxam. Y es que el gigante español de explosivos ha vendido su filial de defensa por 1.200 millones de euros a la empresa alemana Rheinmetall, que sube en bolsa más de un 8%.
Rhône Capital es una firma gestora de capital privado que se creó en 1195 y se hizo con el control del gigante español de explosivos en la primavera de 2020, tras haber entrado en su accionariado en el verano de 2018 con una participación del 49%. También es el primer accionista del fabricante de piscinas Fluidra, del que está sacando una caudalosa tajada, y tiene como socio director a José Manuel Vargas, el que fuera presidente de AENA y contribuyera a que el Estado malvendiera el 49% en la privatización que incluyó una salida a bolsa. Una privatización que, por cierto, más de siete años después de producirse algunos senadores han pedido que se investigue en una comisión y de la que se aprovecharon Vargas; Christopher Hohn, fundador del fondo The Children’s Investment Master Fund (TCI); varios fondos de inversión (entre ellos, BlackRock) y accionistas privados.
Expal factura 350 millones de euros anuales, representando hasta ahora la cuarta parte de los ingresos de Maxam. A pesar de la venta, el almirante retirado José Luis Urcelay seguirá siendo el presidente de Expal y José Manuel Fernández Bosch, el CEO
Volvamos a Maxam. El gigante español de explosivos ha decidido ahora salir del sector de la defensa, vendiendo su filial Expal, a Rheinmetall. Expal factura 350 millones de euros anuales, representando hasta ahora la cuarta parte de los ingresos de Maxam; tiene más de 1.000 empleados y seis plantas situadas en EEUU y España. A pesar de la venta, el almirante retirado José Luis Urcelay seguirá siendo el presidente de Expal y José Manuel Fernández Bosch, el CEO.
La decisión de Maxam llega meses después de ser señalado por el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, por sus negocios en Rusia y de refinanciar sus más de 500 millones de deuda bancaria, para pasar a centrarse en minería y explosivos para usos civiles. No se trata de la primera desinversión de Maxam, que ya vendió su negocio de caza a finales del pasado enero. Por su parte, Rheinmetall, que tiene una capitalización bursátil de 7.700 millones de euros y 25.000 empleados, con la compra de Expal busca convertirse en un gigante europeo de explosivos, en plena guerra en Ucrania.
El fondo Rhône Capital tenía previsto vender Expal desde 2018, ante las presiones de sus inversiones para abandonar negocios que no cumplen con los criterios ESG (medioambientales, sociales y de gobierno corporativo), como los de armas, petróleo o juego, según Cinco Días. El precio de la operación supone valorar el conjunto de Maxam en unos 4.800 millones, y la venta podría facilitar una futura salida del fondo, que se aproxima a cumplir el plazo habitual de inversión (unos cinco años).