Ford ha arrancado en 2021, aunque no ha recibido aplauso en bolsa (-3,59%). Y eso que ha dejado atrás las pérdidas de hace un año (que fueron de 1.276 millones de dólares, poco más de 1.000 millones de euros) y ha ganado 17.910 millones de dólares. Todo ello con mayores ingresos pero menores ventas, por los problemas de producción que les ha provocado la crisis de chips.
El grupo automovilístico estadounidense con sede en Detroit ha logrado la vuelta a beneficios, en gran parte, por el buen cuarto trimestre, en el que ganó 12.300 millones de dólares, pues en el primer semestre su beneficio neto ascendía a unos 3.700 millones de dólares. Las ganancias ajustadas antes de intereses e impuestos (Ebit) han ascendido a 10.000 millones en el conjunto del año y la previsión para 2022 es que se sitúe entre 11.500 y 12.500 millones, lo que supondría una aumento de entre el 15% y el 25%. Y en el Ebit ha contribuido principalmente la cifra obtenida en EEUU (7.377 millones, un 99% más que hace un año), frente a las menores pérdidas en Sudamérica, Europa y China.
Ford ha tenido una facturación de 136.341 millones de dólares, lo que supone un 7,23% más que el año anterior, y de los que 125.150 millones procedieron de las actividades de automóvil. A esta última cifra hay que sumar los 10.073 millones ingresados por el brazo financiero Ford Credit y los 118 millones de la unidad de Movilidad. Por su parte, las ventas bajaron un 6%, a 3,94 millones de unidades en 2021.
La planta de Almusafes puja con la alemana de Saarlouis para ser la elegida en llevarse los nuevos modelos eléctricos del mercado europeo, algo que Ford decidirá en junio. Su gran ventaja es que tiene menores costes de personal
Respecto a España, conviene destacar que Ford produce coches aquí y no sólo los vende. Sus ventas cayeron un 15,6% en turismos en 2021, pasando de 34.776 a 29.336. Y en su fábrica de Almusafes (Valencia), donde tuvo que hacer un ERE -que afectó a 630 empleados- y ha encadenado varios ERTE -como el resto de fabricantes por la crisis de chips-, espera tener nuevas buenas noticias, después de que el pasado marzo se conociera que sería la encargada de fabricar la nueva generación de motores híbridos para toda Europa y que se aumentará la capacidad de la planta de ensamblaje de baterías cuando en unos años acabe la producción del Mondeo.
Claro que ahora la fábrica valenciana puja con la alemana de Saarlouis para ser la elegida en llevarse los nuevos modelos eléctricos del mercado europeo, algo que Ford decidirá en junio. Para ambas plantas es vital para su futuro, porque la germana en unos años terminará de producir el Focus y la valenciana perderá cuatro de sus cinco modelos actuales, quedándose sólo con el Kuga. El sindicato UGT, que es el mayoritario en Almusafes, guarda silencio sobre el acuerdo al que habría llegado con la dirección europea de Ford para no dar pistas a comité de empresa de Saarlouis, según informa Valencia Plaza. Eso sí, no hay que olvidar que la planta valenciana tiene ventajas significativas en costes de personal, que son inferiores a los de la fábrica de Saarlouis (una de las tres que tiene Ford en Alemania -el resto están en Colonia-).