Tras fracasar con la Unión Bancaria, Christine Lagarde se desmarcó este viernes con un discurso diferente. Durante la inauguración del European Banking Congress, en Fráncfort, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE) criticó que en Europa no se está avanzando hacia la unificación del mercado de capitales, según ella, muy importante para abordar las gigantescas inversiones necesarias de cara a abordar las dos transiciones que nos están atropellando: la verde y la digital.
Hablamos de unos 750.000 millones de euros anuales, 620.000 millones para la cosa ecológica y 125.000 para lo digital. Una barbaridad, sobre todo para el momento actual de frenazo económico en toda Europa.
La unión de los mercados de capitales puede tener dos acepciones: unificar las bolsas, para lo que sería necesario nacionalizarlas -son empresas privadas- o unificar la regulación de los mercados. Lagarde se refiere a esta última, una vieja aspiración que ahora pretende retomar, como hemos señalado, tras el fracaso de la Unión Bancaria.
El principal aspecto que habría que unificar es la transparencia, de tal manera que, por ejemplo, fuera sencillo conocer quién o quiénes están detrás de una determinada compañía. Todo esto se encuentra actualmente, según Lagarde, muy lejos. “Nos ha faltado un proyecto unificador sobre el que se pueda anclar la unión de los mercados de capital”, afirmó.
La pregunta que nadie se hace y que sin embargo está en el meollo de la cuestión es si realmente tenemos que abordar la transición verde y digital con tanta urgencia. ¿No sería mejor asegurar primero un crecimiento económico fuerte y sostenible en el tiempo, y entonces sí abordar estas cuestiones? ¿O abordarlas ahora pero al ritmo que nos permite la situación económica actual, sin ahogarnos al mismo tiempo?