A la familia Bolloré, propietaria de Vivendi, buque insignia de la masonería francesa, no le ha sentado nada bien la venta de la red fija de Telecom Italia (TIM) a KKR por un máximo de 22.000 millones de euros, anunciada el domingo. Lógico, porque es el principal accionista de la teleco con algo más del 23% del capital y no está de acuerdo con la decisión del consejo de administración que dio el visto bueno con 11 votos contra 3.

Por eso, el grupo galo anunció este lunes que impugnará el acuerdo al considerar que la teleco debería haber preguntado a sus accionistas antes de cerrar la venta. “El consejo de administración de TIM ha privado a cada accionista del derecho de expresar su opinión en la junta, así como el correspondiente derecho de retiro para los accionistas disidentes”, afirma Vivendi.

El ninguneo de los italianos a una empresa foránea no es nuevo. Recuerden lo que hicieron con Telefónica: primero solicitaron que entrara en su accionariado -Telefónica compró el 10% de la italana- para luego, cuando ya no les hizo falta, le hicieron la vida imposible a la española, entonces dirigida por César Alierta, hasta que vendió su parte.

La historia se repite ahora con los Bolloré, a los que tampoco les ha ido bien en PRISA, en la que entraron a instancias de Miguel ‘Cubanino’ Barroso y con la intención de hacerse con el 30% del capital -el máximo que se puede sin tener que lanzar una opa-. Al final, sin embargo, Moncloa no les dio el permiso pertinente y el plan se truncó, por lo que buscan la manera de vender su algo más del 10% de Prisa. No es fácil porque PRISA está en quiebra técnica, como hemos explicado en numerosas ocasiones en Hispanidad.

En cualquier caso, no todos son ninguneos a Vivendi, que a principios de 2022 entró en Tinkle, la tercera empresa de Comunicación de España, tras Estudio de Comunicación y Llorente y Cuenca. La compañía francesa se hacía así con todo el triángulo: prensa (PRISA), publicidad (Havas) y comunicación (Tinkle), un triángulo liberticida cuya primera víctima es la prensa económica.