David Cano Martínez, socio de Afi y director de Afi Inversiones Globales, SGIIC, y… “un economista que tiene la enorme fortuna de poder ganarse la vida haciendo análisis económico y, sobre todo, aplicándolo a los mercados financieros gestionando carteras y fondos de inversión”.
Enorme fortuna, la nuestra de contar de nuevo con él en esta sección de entrevistas.
Hablamos con David de lo que él espera, como experto, de este 2024 que acaba de comenzar: inflación, bajada de tipos, parón económico y… sobre todo, del escenario económico que ‘descuentan’ los mercados financieros.
-Imagínese que está dando una clase y que, en la pizarra, escribe, (para que lo tengan claro sus alumnos), los asuntos que van a marcar 2024. ¿Cuáles son?
En materia económica, las rebajas de tipos de interés por parte de los bancos centrales. Cuanto más bajen, más probable es que se cumpla el escenario de aterrizaje suave, y lo que es más importante, que podamos anticipar una aceleración del crecimiento del PIB en 2025.
En materia geoestratégica, las elecciones en EE.UU. para la que la incertidumbre (no está claro quién sería la alternativa a Trump y Biden en caso de que no se puedan presentar) es muy, muy elevada.
-De momento, jarro de agua fría por parte de la Reserva Federal. Parece que no tiene prisa por empezar a bajar tipos, ¿no?
Así es. Quiere tener algo más de confirmación de la moderación de la inflación, y el hecho de que la economía resiste le permite ganar un poco de tiempo. Los mercados “piden” una rebaja para marzo, pero parece que la Fed no se la va a dar. Habrá que esperar a junio.
Siendo tan agresivos en sus elevaciones de tipos, como en su discurso antiinflacionista, los bancos centrales han contribuido al anclaje de las expectativas de inflación
-Por cierto, ¿sabe que Taylor Swift ha desbancado a Jerome Powell y ha sido nombrada, por la revista Time, persona del año por impulsar la economía?
La propia Reserva Federal lo reconocía en su Beige Book. Ahora bien, creo que Powell, por ser el presidente de la Fed, tiene más impacto global que Taylor Swift.
-Volviendo a lo que nos ocupa, ¿por qué hay ese ‘culto’ respecto a las actas de los bancos centrales…Es una especie de ritual ¿no?. Primero la rueda de prensa y después se publican las actas.
Las actas, dado que permite ver lo que piensan los miembros de la Fed, y es un documento tremendamente útil, como es el dot plot, esto es, el gráfico en el que cada miembro del FOMC indica su expectativa para la evolución de los tipos de interés. La mejor forma de consolidar la independencia de los bancos centrales es intensificar su transparencia y política de comunicación. Alguien dirá que esto implica caer en los que los psicólogos conductuales denominan “sesgo de compromiso”, pero creo que no es así, como se ha demostrado recientemente: los bancos centrales pueden cambiar de opinión, y así lo han hecho en los últimos meses.
-Pero el mercado no ha hecho ningún aspaviento.
Bueno, ha reducido un poco las expectativas de recortes de tipos… pero sí, podemos decir que el mercado no se ha movido mucho.
-¿Qué es entonces lo que en realidad descuenta el mercado?
Moderación del crecimiento económico, pero sin recesión (avance del PIB en la zona del 2,0%), con una inflación cediendo de forma adicional, pero por encima del objetivo de los bancos centrales (2,5%) y recortes de la Fed hasta el 3,75% y hasta el 2,5% en el caso del BCE. No es mal escenario. Firmo ya.
-¿A qué se ha debido la caída de la inflación antes de lo previsto? Yo pienso, en mi humilde opinión, que la subida de tipos ha tenido que ver lo justo.
Debido a la caída del precio de las materias primas que permite que el efecto base interanual negativo del componente energía haya “entrado a funcionar” antes de lo previsto. Efectivamente, en esto poco tienen que ver los bancos centrales. Es el componente de oferta de la inflación en el que ni en el proceso de subida (2021-2022) ni en el de moderación (2023) ha tenido que ver la política monetaria.
La clave está en lo que pase en la segunda mitad del año, cuando es necesario que se reactive el crecimiento del PIB
Ahora bien, la subida de tipos acumulada (300 pb) sí ha impactado en el crecimiento del PIB, favoreciendo con ello una menor presión al alza en la inflación desde el lado de la demanda. Por último, siendo tan agresivos en sus elevaciones de tipos, como en su discurso antiinflacionista, los bancos centrales han contribuido al anclaje de las expectativas de inflación, elemento clave para la reconducción de la inflación.
-¿Nos debe preocupar que los precios repuntaran en diciembre en la Eurozona?
No. Lo que nos debe preocupar es si la inflación repunta en primavera. Ahí sí podríamos tener un problema, sobre todo si coincide con una intensificación en la pérdida de dinamismo económico.
-La Eurozona ya entró en recesión tímidamente en 2023. ¿Cómo prevé que vayan a ser los primeros meses de 2024?
Una pérdida de crecimiento adicional. Pero también aquí, la clave es más bien lo que pase en la segunda mitad del año, donde “es necesario” que se reactive el crecimiento del PIB, en especial en Alemania.
-Alemania, ¿nos va a traer problemas o su debilidad puede acelerar la bajada de tipos, por ejemplo?
Efectivamente, la clave es Alemania y su debilidad es la que preocupa. Ahora bien, parece que no ha condicionado hasta ahora las decisiones de política monetaria del BCE.
-Las normas fiscales volverán a entrar en vigor en el año 2024, después de años en el congelador…
Así es. Una vez que parece que se ha conseguido evitar la recesión, es tiempo de pensar en una más intensa reducción de los ratios deuda pública / PIB y, sobre todo, vía minoración del denominador, ya que la caída del ratio ha sido más motivada por aumento del PIB nominal (por la fuerte tasa de inflación), Es necesario reconducir el déficit público hacia cotas inferiores el 3% y, si es posible, al 0%. Con un crecimiento del PIB nominal en la zona del 5% es posible. PRIORIDAD.
Hay que reconducir el déficit público hacia cotas inferiores el 3% y, si es posible, al 0%
-Bruselas le ha dicho a España que necesitará ajustes de gasto para cumplir con ellas. ¿Desde qué posición parte nuestro país?
Situación “posible”: con el viento a favor del crecimiento económico y sin que ratios de déficit y deuda sean demasiado elevados. Pero hay que ponerse a ello, claro.
-Dicen que la próxima crisis será de deuda, ¿está de acuerdo?
No, no me parece que la situación es para anticipad una crisis. La próxima crisis estará vinculada a un aspecto que hoy desconocemos. Me temo. La próxima vez será diferente, porque siempre es diferente.
-Es preocupante, ¿no le parece?, que EEUU tenga una deuda histórica y un déficit muy alto.
No sé si “preocupante” pero sí “necesario” ponerse a reducir déficit y deuda pública.
-Volviendo a los mercados, cerramos 2023 con prácticamente todos los indicadores en máximos, un año que ha sido mejor de lo esperado en general… y 2024 ¿cómo pinta?
2023 ha sido, con alzas en carteras globales en el rango 6%-10% (con alzas en las bolsas del 20% y de la renta fija del 4%), mejor de lo esperado. Y ello implica reducir las expectativas para 2024 hacia el rango 4%-5%, con un +3,5% en renta fija y un +6% en renta variable.
La próxima crisis estará vinculada a un aspecto que hoy desconocemos. Me temo
-¿Sigue siendo enero un buen indicador de la evolución de la Bolsa para todo el año?
Me temo que no creo en lo que el Nobel Thaler denomina “Factores supuestamente irrelevantes”. No, ni lo que pasa en enero, ni lo que pasa los meses pares, ni cuando la Luna está llena.
-Y, por último, ha dicho Peter Oppenheimer (Goldman Sachs) que el mundo se acerca a "un nuevo súper ciclo" de crecimiento. Primero, que lo diga este señor ¿le da un plus de verosimilitud? Segundo: ¿Qué opina David Cano?
Está claro que la nueva ola de disrupción tecnológica en la que ya estamos inmersos, con la inteligencia artificial como primer motor, condicionará el crecimiento de la economía mundial en los próximos años. El enorme aumento de productividad que se espera debería favorecer el crecimiento económico. Ojalá sea así: más crecimiento económico, más renta y patrimonio y mejor repartido. Os recomiendo Poder y progreso (Deusto, 2023) de Acemoglu y Johnson.