Ford ha extendido su frenazo en España en 2022. Y es que ha disparado las pérdidas un 75,8%, encadenando dos años consecutivos en negativo, al tiempo que ha bajado en ventas, y pese a mejorar en ingresos y producción aún no logra recuperar los niveles preCovid de 2019.

La filial española del fabricante automovilístico estadounidense ha tenido unas pérdidas de 61,3 millones de euros, frente a las de 34,8 millones obtenidas en 2021, según las cuentas depositadas en el registro mercantil a las que ha accedido El Economista. Lejos quedan los 110,1 millones que ganó en 2019 e incluso los 6,14 obtenidos en 2020, el año de la pandemia. Por su parte, las ventas han descendido un 4,8%, a 44.790 unidades, de las que 30.196 (-1,1%) correspondieron a turismos y todoterrenos (siendo el Kuga el modelo preferido, con 8,522 unidades) y 14.594 (-6%) vehículos comerciales (destacando los modelos Transit V363 y Transit Custom, con 4.316 y 4.228 unidades, respectivamente).

Eso sí, Ford España logró reducir un 30,7% su deuda, a 12,4 millones

Ford España ha aumentado sus ingresos un 35,4%, hasta 7.521,8 millones. A pesar de la mejora, la cifra no supera 8.289,7 millones facturados en 2019, algo que se puede explicar por varios motivos: la recuperación de la producción no ha sido suficiente, se han reducido los modelos (en 2022 se dejó de fabricar el Mondeo y el pasado abril, el S-Max y el Galaxy) y han descendido las ventas. En relación a la producción, la de vehículos aumentó un 46%, a 245.560 unidades, pero lejos de las 345.612 fabricadas en 2019, y el 95% se destinó a exportaciones. Además, en la planta de Almusafes (Valencia) se produjeron 356.435 motores (+24%) y 514.615 (-7%) sets de componentes mecanizados.

Eso sí, Ford España logró reducir un 30,7% su deuda, a 12,4 millones. Claro que también descendió ligeramente su plantilla en 85 trabajadores, a 5.990, y a esto hay que sumar el ERE que afectará a 1.124 y cuyas bajas se irán produciendo durante este año.

En paralelo, cabe recordar que 2022 tampoco fue un buen año para Ford a nivel mundial: tuvo unas pérdidas de unos 1.971 millones de euros y no cumplió los objetivos anuales al verse lastrado por las filiales Rivian (fabricante de coches eléctricos que tiene con Amazon) y Argo (una startup de desarrollo del coche autónomo que poseían con Volkswagen). Sin embargo, este año ha empezado a cambiar su evolución: volvió a ganancias en el primer trimestre y ha cerrado el primer semestre con un beneficio neto de 3.352,8 millones. Además, recientemente, se ha conocido que Ford ha presentado un proyecto para optar a las ayudas de la segunda línea (la de la cadena de valor) de la segunda convocatoria del Proyecto Estratégico para la Recuperación y la Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado (PERTE VEC), que se suma al presentado hace unas semanas para la primera línea (la de baterías), y esto sucede después de que el año pasado renunciara a participar en la primera convocatoria.