Dice el viejo ripio: 

Dijiste media verdad, 

la partiste por el eje, 

ahora es mejor que calles, 

porque mentirás dos veces.

En la patronal CEOE, que dirije el ínclito Antonio Garamendi, se han puesto firmes con el ejecutivo y los sindicatos... con retraso de sólo una legislatura. Firmaron en su momento la desastrosa reforma laboral y la no menos desastrosa reforma de los autónomos, entre otras. Ya saben, no hay que renunciar al diálogo social o eres un ultraderechista que, al parecer, es una cosa muy fea. 

A lo que no hay que renunciar, funcionario Garamendi, es a los principios. Los empresarios son los que arriesgan y su representante también debe arriesgar. Representa al empresario, al profesional, al emprendedor, al autónomo..., lo que tienes que hacer es arriesgar tú algo. El presidente de la CEOE no puede ser un funcionario porque los empresarios no son funcionarios.

El nuevo gol que pretende meterle la comunista 'fashion', doña Yolanda Díaz Pérez, es el encarecimiento del coste de despido. 

Por cierto, el argumento de la Unión Europea, que en este punto, a instancias de UGT, ha venido a apoyar al Gobierno socio-comunista y a las dos centrales comu-socialistas, consiste en que, si no se encarece el despido, el empresario despedirá más. 

La verdad es que el empresario no es un sádico que disfruta despidiendo a sus trabajadores. Es un señor que contrata cuando necesita fuerza de trabajo y despide cuando vende menos y no le da para pagar las nóminas. 

Por tanto, si subes el coste del despido, no despedirás menos sino que el empresario invertirá menos y tenderá a dejar de serlo... que es lo que ocurre en estos momentos en España, un país en el que todos quieren ser funcionarios, trabajo seguro para toda la vida.

Pero lo que sorprende en el caos de la patronal española es que cada vez que Yoli, Sordo y Álvarez atacan ellos dicen que no, pero no ofrecen una alternativa. La tienen pero no se atreven a pronunciar en voz alta no les vayan a acusar de ultras. Garamendi no comprende que es mejor ponerse una vez colorado que 25 amarillo. 

Los empresarios creen en el despido libre. En Estados Unidos, donde no existe el paro mientras España está a la cabeza del desempleo en toda Europa y en toda la OCDE, si un despedido le pide explicaciones a su jefe de por qué le despide este le responderá que porque sí, no tiene que darle ninguna explicación, es su propiedad. 

Los empresarios a los que representa Garamendi también creen que junto al despido libre hay que reducir los impuestos que graban el trabajo, sobre todo las cuitas sociales que son la que más desaniman la creación de empleo.

Por último, los empresarios sí están dispuestos a subir los salarios, sobre todo los salarios bajos, a cambio del despido libre y los impuestos bajos. Entre otras cosas porque saben que sólo el trabajador que recibe por su trabajo los ingresos suficientes para sacar adelante a su familia está dispuesto a trabajar bien y con ganas

De otra forma, nos adentramos en el modelo socialista, los trabajadores de la antigua Rusia soviética, definieron así: nosotros hacemos como que trabajamos y ellos hacen como que nos pagan.

El problema de Garamendi no es de falta de ideas sino de cobardía social. No se atreve a defender sus principios. Cuando se niega a sentarse a negociar, don Antonio pone un ejemplo futbolero: te llaman a jugar un partido y antes de empezar te dicen cuál será el resultado.  

No está mal pero lo que realmente le ocurre a la patronal CEOE es otra cosa: juega siempre en campo contrario porque no se atreve a plantear su propia postura... que en la actual negociación resumiríamos así: despido libre, impuestos laborales bajos, salarios dignos.

Y claro, quien centra el debate, el terreno de juego, gana el debate.