Ignacio S. Galán, presidente ejecutivo de Iberdrola, no deja de sorprender... y no precisamente por razones empresariales, pese al grave problema de la elevadísima deuda que tiene la eléctrica. Ahora intenta amigarse con el PNV, sin dejar de lado al PSOE, al que se ha arrimado bastante en los últimos meses, y lo hace fichando a una hija de Andoni Ortuzar, presidente del PNV. Tras esto, una posible pregunta sería si la siguiente incorporación podría ser Begoña Gómez, la esposa imputada (investigada) de Pedro Sánchez.

Galán busca amigarse con el PNV, pues en los últimos meses ha aumentado su ruptura, sobre todo, tras haber iniciado una guerra contra Repsol por la vía judicial y por la vía publicitaria ante Autocontrol -donde hasta ahora la eléctrica sale mal parada-, en la que ha entrado Teresa Ribera, y también a través de mensajes en la red social X en contra de las petroleras (pese a ser socia de BP en movilidad eléctrica). Recuerden que a los nacionalistas vascos les gusta apoyar tanto a Iberdrola como a Repsol, y sobre todo a la filial vasca de esta última, Petronor, que es la empresa que más impuestos paga en el País Vasco... y un ejemplo se puede ver en que Repsol y Petronor han renovado su acuerdo de sostenibilidad y patrocinio con el Athletic.

En los últimos meses la eléctrica ha aumentado su ruptura con el PNV, sobre todo, tras haber iniciado una guerra contra Repsol por la vía judicial y por la vía publicitaria ante Autocontrol, en la que ha entrado Teresa Ribera, y también a través de mensajes en la red social X en contra de las petroleras (pese a ser socia de BP)

En paralelo, se debe tener en cuenta que Kutxabank, banco vasco controlado por el PNV, se niega a aumentar su participación en Iberdrola (que es del 1,7% y tiene como representante en el Consejo de Administración a Xabier Sagredo, presidente del patronato de Bilbao Bizkaia Kutxa Fundación Bancaria y de BBK Fundazioa). La excusa que pone es que el Banco Central Europeo (BCE) no quiere que entren en industria. Esto último es cierto, pero también lo es que presidente de Kutxabank, Antón Arriola, sabe que Galán está empeñado en una sucesión familiar (piensa en su hijo mayor José Ignacio Sánchez-Galán García-Tabernero o bien en su yerno, David Mesonero), la cual no gusta nada a los fondos presentes en el accionariado (donde destacan el soberano catarí QIA, el noruego Norges Bank o el de inversión estadounidense BlackRock) y no la admitirán, aunque sería una buena maniobra para no verse abocado a una fusión internacional. Además, Arriola también sabe que las relaciones entre PNV e Iberdrola son cada día peores, al tiempo que las existentes entre el PSOE y la eléctrica son cada vez mejores, dejando atrás el plantón de Galán a Pedro Sánchez en el Foro de Davos de 2023 (de hecho, sí acudió al encuentro del presidente del Gobierno con empresarios españoles en la edición de este año, al igual que Rafael del Pino) y otros plantones que dio a Ribera. Y ojo, la eléctrica podría aprovechar que en Moncloa no ha gustado nada que el banco BBVA lanzara una OPA hostil sobre Banco Sabadell, por mucho que Carlos Torres se haya convertido en el banquero socialista de confianza.

En todo este escenario no se puede obviar que tras las elecciones autonómicas del País Vasco del pasado 21 de abril, el PNV es rehén del PSE (es decir, de los socialistas vascos) para seguir mandando y ostentando el cargo de lehendakari. Las negociaciones empezaron y han dado sus primeros frutos, porque a mediados de mayo, la diputada nacionalista vasca Bakartxo Tejería fue elegida para ser por cuarta vez la presidenta del Parlamento Vasco con 39 votos (los del PNV y los de PSE-PSOE) a favor y 36 en blanco, y la diputada socialista Susana Corcuera se hizo con la Vicepresidencia primera de la Mesa de dicha Cámara. Unas negociaciones que se han ralentizado y que no finalizarán en acuerdo entre ambos partidos hasta después de las elecciones europeas del próximo día 9 y que, salvo sorpresas, llevarán al candidato del PNV, Imanol Pradales, a convertirse en el próximo lehendakari. Eso sí, como dice el famoso refrán español, hasta el rabo, todo es toro,... y en política mucho más, pues abundan los cambios de opinión y a veces hasta con minutos de diferencia, pero desde La Moncloa saben cómo hacerse con el apoyo del PNV (el último para la ley de amnistía) y sobre todo es vía dinero contante y sonante. Un ejemplo de esto se vio hace unos meses, cuando el Gobierno Sánchez mostró su deseo de ceder la gestión en País Vasco y Navarra del impuestazo energético.

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En todo este escenario se ha colado el ficha de una hija influencer de Andoni Ortuzar, Garazi Ortuzar Ugalde, en el área de comunicación y marketing de Iberdrola. Una incorporación justo cuando Galán se ha gastado -y se sigue gastando- lo indecible en influencia en los medios y en su propia imagen, y cuando la eléctrica pierde clientes (188.172 en electricidad y 4.544 puntos de suministro de gas en 2023, y oreoa 100.000 en luz en el primer trimestre de este año) en un sector donde no hay competencia real. ¿Casualidad? Por supuesto que no y menos si uno recuerda al poeta, dramaturgo, filósofo e historiador alemán Friedrich Schiller, quien defendía que las casualidades no existen. 

Andoni Ortuzar cumplirá 62 años el próximo 13 de julio y actualmente es presidente del PNV y del Euzkadi Buru Batzarb (EBB) -el comité ejecutivo del partido-, y vicepresidente del Partido Demócrata Europeo (PDE) -presente en el Parlamento Europeo, que se define como centrista y europeísta, y que también agrupa a Coalición Canaria y Compromiso por Galicia (ECG)-. Ortuzar podrá dar consejos a su hija Garazi, porque es licenciado en Ciencias de la Información y ejerció como periodista entre los años 1981 y 1987 en Radio Popular y después en el diario Deia. En septiembre de 1987 empezó su andadura en política como asesor de comunicación del Gobierno vasco y desde entonces ha pasado por distintos puestos tanto en el Ejecutivo vasco como en el PNV, entre los que destaca haber sido director general de EiTB (la radiotelevisión vasca) entre 1999 y 2008. Ortuzar tiene dos hijas (Garazi y Maddalen Ortuzar Ugalde, cuya madre es Zoraida Ugalde) y se sabe poco más de su vida privada, excepto que su pareja se llama Miriam. “Tengo dos hijas, Garazi y Maddalen, que me hacen perder los papeles. Cuando hablo de ellas, sube el nivel del Cantábrico con la cantidad de babas que desprendo. Pero es que, la verdad, son dos ‘sorginas’ que engatusan a cualquiera. Lástima que no puedo estar con ellas todo lo que me gustaría”, se puede leer en su perfil de la página web del PNV. Más adelante, también cuenta: “Soy andarín (ahora menos de lo que nos gustaría a mí y a mi pareja, Miriam), pero mi deporte favorito es el frontón, modalidad paleta-cuero, que practico semanalmente en reñidos partidos que algunas veces incluso gano. Otra de mis aficiones es ‘ir a hongos y setas’”. A Ortuzar le gusta el frontón, mientras que Galán ha presumido de jugar al pádel con camisa, zapatos y corbata verde, por supuesto, todo sea por promocionar más el deporte femenino. Eso sí, el presidente de la eléctrica no es tan ‘feminista’ y ha sembrado el  miedo en la plantilla femenina de Iberdrola en Brasil, tras despedir a una empleada, nada más reincorporarse de su baja maternal. 

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Vayamos ahora a conocer un poco más a su hija Garazi, la nueva empleada de Iberdrola e influencer, en concreto como técnico de campañas en el departamento de Soluciones energéticas y campañas de la eléctrica. En 2020 Garazi Ortuzar estudiaba periodismo e impartía clases particulares de lengua española y literatura en Madrid. Hace dos meses, publicó en su LinkedIn que desde hace más de dos años entró en la consultora LLYC como becaria y “tuve la suerte de quedarme”, donde hace tres meses refirió su nuevo puesto (responsable de Thought Leadership -Liderazgo Intelectual- dentro de la dirección global de Marketing, Comunicación y ESG).

Respecto a la consideración de influencer, cabe referir que Garazi cuenta con 50.200 seguidores en Instagram, lejísimos de los que tienen algunas de las influencers más relevantes de nuestro país (los 3,3 millones de Marta Díaz o los 3,2 millones de María Pombo). Entre las 330 publicaciones de Garazi en Instagram, se ve mucha escasez textil y muestras de amor con su novio y con su mejor amigo, pero también muchas fotos donde ha etiquetado a Hunkemöller, un minorista holandés de moda rápida que vende lencería asequible, entre otros productos. Asimismo, hay fotos donde se etiqueta a: Yellow Shop, una marca de zapatos española propiedad de la tienda online de zapatos Zacaris; La Casa del Medianero, una casa rústica vacacional en Canarias; el Hotel Aire de Bardenas; el servicio de comida a domicilio Vicio; y Sugarboo, una marca de planchas de pelo y productos para el pelo; entre otros. Además, en otras fotos, Garazi no menciona ni etiqueta a marcas, pero se la puede ver: con una sudadera de la marca de ropa española Scuffers, con una gorra de la española Eme Studios, con una sudadera de la multinacional alemana de ropa deportiva Adidas, junto a un frigorífico Smeg, afuera de una tienda Kiwoko o merendando productos de McDonald’s.

Ortuzar podrá dar consejos a su hija Garazi, porque es licenciado en Ciencias de la Información y ejerció como periodista entre los años 1981 y 1987 en Radio Popular y después en el diario Deia, y además fue director general de EiTB entre 1999 y 2008

Y en paralelo, la influencer Garazi también ha hecho pequeños pinitos en YouTube, donde tiene un canal llamado ‘la hija de’ que cuenta con 499 suscriptores y sólo dos vídeos: uno con su padre y otro con Carmen Domingo Peña, psicoterapeuta psicoanalítica relacional experta en vínculos y en psicología perinatal e infanto-juvenil. Con estas cifras Garazi Ortuzar está lejísimos de los youtubers Mikecrack (50,1 millones de suscriptores y 2 millones de vídeos) y El Rubius (40,3 millones de suscriptores y 702 vídeos, y un canal secundario donde sube cosas de Twitch con 12,3 M de suscriptores y 653 vídeos), y también de otros como Ibai Llanos (11,6 millones de suscriptores y 1,4 millones de vídeos) y Jordi Wild (5,29 millones de suscriptores y 7.100 vídeos en su canal The Wild Project). 

Galán sigue teniendo presente tanto su permanencia como su sucesión, aún sin resolver, y se prepara para seguir al frente de Iberdrola durante el mayor tiempo posible. Para eso necesita el apoyo del Gobierno de Madrid y del Gobierno de Vitoria, del PSOE y del PNV, dos partidos que han iniciado una carrera por ver quién es el más progresista. Galán es tan progre que no se conforma con haber firmado el Pacto Mundial para empresas de Naciones Unidas -eso lo ha hecho todo el IBEX para que les dejen en paz- sino que incluso el propio Pacto, filial ideológica de los venenosos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), acaba de premiar a don Ignacio. Y esto sí que nuevo. Lo dicho: el Galán es el progresista de todos los progresistas que en el mundo han sido. Por supuesto, el empresario más progre de todo el IBEX.