Decíamos que Sumar volvía a la carga con su obsesión por crear empresas públicas, es decir, nacionalizar... y ahora planteaba una que gestione las centrales hidroeléctricas cuando venzan las concesiones, algo que afectaría muchísimo a Iberdrola (tiene más del 60% de dicha energía en España). Sin embargo, ahora se conoce la versión del PSOE, que tiene mucho más peso en el Gobierno de coalición que lidera Sánchez: no se creará una empresa pública para gestionar los saltos hidráulicos.

Es más, esto no sucederá ni antes ni después de vencer las concesiones de dichos saltos. Aunque el Gobierno está abierto a ciertos conciertos en los saltos hidráulicos, por ejemplo, con alguna Confederación hidrográfica (donde están presentes el Estado, los municipios, los regantes privados...). Ignacio Sánchez Galán puede respirar tranquilo. A fin de cuentas, Iberdrola es líder del sector y tiene en la energía hidroeléctrica su mejor activo. 

En el entretanto, la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, ha dado un cierto giro en la ruina del hidrógeno verde, que aún no es rentable. Ahora apoya también producirlo cerca de donde se va a consumir, principalmente para uso industrial, algo que es mucho más tangible y eficiente que transportarlo (como pretende hacer con el hidroducto H2Med que tanto impulsa Enagás). En el Consejo de Ministros celebrado este martes, se han asignado 794 millones de euros en ayudas directas para siete proyectos españoles de producción y uso intensivo de hidrógeno verde en actividades industriales a gran escala elegidos por la Comisión Europea en el marco del Proyecto de Interés Común Europeo (IPCEI, por sus siglas en inglés) Hy2Use. Una cuantía que procede de los fondos europeos NextGenEU y que añadirán una potencia de electrólisis de 652 megavatios (MW) a partir de energía solar, eólica e hidráulica. Estos siete proyectos -cinco valles de hidrógeno y dos aplicaciones industriales innovadoras- tienen como impulsoras a energéticas conocidas -EDP (3), Repsol (2), Iberdrola (1) y Endesa (1)-; y se ubican en Andalucía, Aragón, Asturias, Castilla-La Mancha, País Vasco y Región de Murcia.  

Ribera da un cierto giro en la ruina del hidrógeno verde, que aún no es rentable: ahora apoya también producirlo cerca de donde se va a consumir, principalmente para uso industrial, algo que es mucho más tangible y eficiente que transportarlo. Siete proyectos de EDP (3), Repsol (2), Iberdrola (1) y Endesa (1) recibirán ayudas 

El Consejo de Ministros también ha aprobado el real decreto que regula la instalación de plantas fotovoltaicas flotantes en embalses en el dominio público hidráulico. Ribera ha presumido de que esto es un gran avance y que permitirá aumentar la capacidad de generación eléctrica renovable, con el fin de impulsar la transición energética y la descarbonización. Además, esas plantas reducirán la evaporación de las masas de agua y la presencia de algas, y producirán más energía gracias al enfriamiento que proporciona el agua y la disminución del polvo.

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Y como guinda al pastel, no hay que olvidar que Ribera mira a Bruselas, donde considera que el partido que “más poder tiene y al que más gente representa es el PSOE”. Por ello, cree que “no sería de extrañar que el PSOE tuviera representación” en la nueva Comisión Europea... y más después de que el socialista español Josep Borrell no haya sido renovado como Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Recuerden que Ribera se perfila como comisaria de Energía, aunque estará “muy vigilada” por la presidenta de la Comisión Europea (o sea, por Ursula von der Leyen, que ha logrado repetir en el cargo), el colegio de comisarios y lo que decidan los líderes de los 27 Estados miembros en las reuniones del Consejo Europeo. En el entretanto, la vicepresidenta ecológica ha dejado su “fraude electoral” al descubierto al no tomar posesión del acta como eurodiputada... dado que aspira a comisaria... y en el caso de que no lo lograra, seguiría en el Gobierno Sánchez.