Parece que el ingeniero industrial salmantino Ignacio S. Galán (72 años, y que cumplirá 73 el próximo 30 de septiembre) quiere igualar a su gran enemigo empresarial, el ingeniero de Caminos, Canales y Puertos madrileño, Florentino Pérez (76 años recién cumplidos el pasado 8-M), enfrentamiento que incluso ha llegado a estancias judiciales. Y es que se prepara para renovar por otros cuatro años más al frente de Iberdrola y seguir mandando, al menos, hasta los 76 años.
Esa es la principal conclusión que se puede extraer de la convocatoria de la Junta de Accionistas de la eléctrica que se celebrará el próximo viernes 28 de abril en Bilbao. Galán, al igual que en años anteriores, quiere salir de la ‘plaza’ bilbaína por la puerta grande. Todo ello, a pesar de que los grandes proxy (asesores de voto para fondos de inversión) ISS y Glass Lewis recomiendan a los fondos votar en contra de su reelección y de que al 24% de los accionistas no les gusta su alta remuneración. Eso sí, cabe destacar que Galán es más generoso con estos últimos que Carlos Torres, presidente de BBVA, que tiene a la plantilla desmoralizada y ya no da regalo por acudir a la Junta: les ofrece un dividendo de involucración por segundo año consecutivo (es pequeño -0,005 euros brutos por acción-, pero menos es nada, y está sujeto a que se alcance un quórum del 70%), un obsequio conmemorativo para los que acudan a los puntos de atención al accionista, y sortea 20 bicicletas eléctricas entre los accionistas que participen a través de la página web corporativa o del canal telefónico.
Galán se ha enfadado con Rafael del Pino porque pretendía que Iberdrola fuera la primera empresa española que cotizara en Wall Street, pero curiosamente ha aflojado su conflicto con Pedro Sánchez y mantuvo bastante guante blanco en la reunión de este con el comité ejecutivo de la Mesa Redonda Europea por la Industria (ERT, por sus siglas en inglés)
Hay 22 propuestas que se votarán en la Junta y la más destacada es la reelección de Galán por cuatro años más, así como la ratificación de Armando Martínez como CEO, un nombramiento para contentar a los fondos de inversión presentes en el accionariado (sobre todo a BlackRock) y al mercado, y que permite a Galán seguir al frente de Iberdrola muchos años más y mandando lo mismo. También se propondrá un bono estratégico a consejeros ejecutivos, al personal directivo y a otros profesionales de la eléctrica entre 2023 y 2025 que se liquidará en entregas diferidas de acciones. Y también habrá una votación consultiva sobre el informe de remuneraciones de los consejeros en 2022, pero que tiene poca relevancia: en la Junta de 2021, al 24% no les gustó la elevada cifra que recibió Galán (13,20 millones de euros), pero este año sólo se ha reducido ligeramente a 13,06 millones y hasta ahora sólo ha sido superada por la qe ha recibido Pablo Isla (27,2 millones) debido a su indemnización al salir de Inditex.
Entre el resto de propuestas, se propone la reelección de María Helena Antolín, vicepresidenta de grupo Antolin, como consejera externa; y de Manuel Moreu, Xabier Sagredo (propuesto por el PNV) y Sara de la Rica como consejeros independientes. Eso sí, a primera vista no parece que haya nada curioso, como sucedió en la Junta de 2020, cuando Galán logró que los accionistas avalaran por mayoría búlgara un sutilísimo sistema para no tener que dimitir en caso de ser imputado en el ‘caso Villarejo’ (ahora, como saben, ya no está imputado ni él ni la filial Iberdrola Renovables Energía).
Paralelamentre, Galán se ha enfadado con Rafael del Pino porque pretendía que Iberdrola fuera la primera empresa española que cotizara en Wall Street, pero curiosamente ha aflojado su conflicto con Pedro Sánchez y mantuvo bastante guante blanco en la reunión de este con el comité ejecutivo de la Mesa Redonda Europea por la Industria (ERT, por sus siglas en inglés) celebrada hace unos días. Asimismo, Galán ha afirmado que “queremos seguir siendo motor del crecimiento y la prosperidad de Euskadi y España”, tras la firma de un acuerdo de más de 200 millones con Haizea Wind Group, empresa líder mundial en la fabricación de torres eólicas, para el suministro de 50 monopilotes para su parque eólico marino East Anglia Three, situado en Reino Unido. Claro que no se puede olvidar que Galán ha planeado unas elevadísimas inversiones en EEUU y que ha montado una estructura jurídica y societaria muy movible, por lo que Iberdrola, mañana, puede ser alemana... o lo que quiera, y tras la anunciada salida de Ferrovial a Países Bajos ya no suena tan raro.