En este contexto de creciente y doble burbuja especulativa con las energías renovables, convertidas en un producto financiero, está cobrando cada vez más protagonismo un movimiento: la búsqueda de socios en activos verdes o rotación de activos (se venden partes de activos e incluso megavatios) para financiar el desarrollo de nuevos proyectos. Galp ha sido la última en sumarse a esta práctica que también practican Repsol, Iberdrola y Endesa, entre otras.
La petrolera portuguesa ha sido la gran excepción en la tanda de resultados de los nueve primeros meses dentro del sector petrolero, pues ha elevado beneficio, a pesar de los menores precios del crudo y del gas, y ha reducido un 42% su deuda al tiempo que mantenía los descuentos en carburantes. Eso sí, su resultado bruto de explotación (ebitda) y sus ingresos han descendido.
Ahora Galp quiere vender hasta el 49% de una cartera de renovables 1.600 megavatios (MW) que ya están operativos en España y Portugal, según avanza Expansión. Ahora opta por vender una parte, aunque seguirá controlando dicha cartera verde, con el fin de poder financiar el desarrollo de nuevos proyectos porque aspira a aumentar su capacidad instalada para generar 4.000 MW de energía renovable en 2025 y 12.000 MW en 2030.
Ahora vende y lo hace años después de comprar activos verdes en nuestro país... Recuerden que en el año 2020, Galp compró gran parte de los activos fotovoltaicos que Zero-E (entonces propiedad de ACS) tenía en España: en concreto, adquirió el 75,01% por 2.200 millones de euros, lo que supuso una muestra más de lo que al presidente de ACS, Florentino Pérez le gusta especular con las renovables (primero lo hizo con Saeta Yield y luego con Zero-E). Eso sí, en esta última Pérez lo hizo por partes: primero vendió el 75,01% a Galp, creando una sociedad conjunta que se pasó a llamar Titan Solar y manteniendo el control del 24,99% restante; y después traspasó ese 24,99% a una de sus compañías (Cobra, la cual posteriormente se vendió al grupo industrial francés Vinci). Pero la cosa no acaba ahí, porque en julio de 2022, Galp decidió hacerse con el 24,99% de Titan Solar que ya estaba en manos francesas a cambio de 140 millones.
Ahora, 16 meses después está pensando en vender hasta el 49% no de Titan Solar, sino de una cartera de 1.600 MW. Eso sí, después de gastarse 2.340 millones en la compra y el control total de Zero-E (que luego pasó a llamarse Titan Solar), ahora la cartera que ha puesto a la venta vale unos 1.600 millones de euros, por lo que si vende el 49%, obtendría unos 784 millones... para contribuir a financiar el desarrollo de más renovables.