Galp sonríe ante el encarecimiento del petróleo: el barril de Brent -de referencia en Europa- cerró el pasado junio en 86,41 dólares, frente a los 74,90 del mismo mes del año anterior, y los 82,46 en que se mueve actualmente. Esto ha contribuido a elevar un 23% su beneficio neto en el primer semestre, aunque con menor producción por la venta de activos en Angola y Mozambique..., y a la reducción de deuda.
Entre enero y junio, la producción ha bajado un 9%, a 107.000 barriles diarios, tras la venta de activos de upstream (exploración y producción de petróleo) en Angola y Mozambique, y algunos paros en Brasil, aunque aumentó las tasas de utilización en refino. El resultado bruto de explotación (ebitda) se mantuvo estable, situándose en 1.788 millones de euros, de los que 850 millones correspondieron al segundo trimestre y de los cuales el negocio de upstream aportó cerca del 60% (en concreto, 1.100 millones, un 3% más). Asimismo, mejoró la contribución del negocio Comercial (142 millones, un 2% más) y de la parte industrial y midstream -transporte, almacenamiento y comercialización al por mayor - (530 millones, un 1% superior), mientras que la aportación de Renovables cayó un 79% por el entorno adverso de precios de la energía en Iberia, a pesar de una mayor generación al haber elevado la capacidad instalada a 1.500 megavatios (MW) al iniciar operaciones en otro parque solar de 100 MW y muy cerca ya del objetivo anual (1.600 MW).
Por su parte, el beneficio neto de Galp ha aumentado un 23% en el primer semestre, alcanzando los 624 millones. De estos, 299 millones (+16%) correspondieron al periodo abril-junio, superando las expectativas del consenso de analistas. Y los ingresos se han incrementado, pasando de 10.566 millones a 11.206 millones.
Las inversiones netas (capex) se disparan un 47%, a 544 millones, destinándose principalmente a proyectos upstream en los yacimientos de Bacalhau y de Tupi & Iracema en Brasil y a actividades de exploración en Namibia, donde el primer pozo se empezará a perforar a final de año
Las inversiones netas (capex) se han disparado un 47%, a 544 millones, destinándose principalmente a proyectos upstream en los yacimientos de Bacalhau y de Tupi & Iracema en Brasil y a actividades de exploración en Namibia. El flujo de caja ha ascendido a 789 millones, gracias a la desinversión en Angola. Y las ventas de activos también han contribuido en la reducción de la deuda neta a 1.200 millones, frente a los 1.506 millones en que cerró 2023.
Filipe Silva, CEO de la petrolera portuguesa, ha destacado la “robusta” gestión, pese “al ambiente volátil de los precios de las materias primas”. También ha explicado que se ha completado la venta de activos upstream en Angola y en Mozambique, permitiendo “cristalizar valores, reducir riesgo y centrarse en proyectos con más ingresos alineados en la estrategia de Galp” que consiste en disminuir los riesgos y crecer en dicho segmento de negocio con proyectos de bajos costes y bajas emisiones. Asimismo, han mejorado las previsiones anuales y esperan que la producción upstream (ahora basada íntegramente en las operaciones de Brasil) supere los 105.000 barriles diarios hasta que Bacalhau comience a operar a mediados de 2025 y aumente los niveles de producción por encima del 30%. En gasto de capital, cuenta con margen para afrontar la campaña de exploración y producción en Namibia, cuyo primer pozo se empezará a perforar a finales de año. Y en activos industriales, avanza en las obras de la refinería de Sines (Portugal) para levantar una planta de biocombistibles avanzados y un electrolizador de 100 MW para producir hidrógeno verde.
Unos resultados que han recibido aplauso bursátil (la cotización se incrementa un +0,96%) y eso que, a pesar de los aumentos y de la mejora de las previsiones, se han mantenido sin cambios la política de dividendos anunciada hace unos meses y que incluía un aumento del 4%, a 0,56 euros, con un pago intermedio de 0,28 euros que se abonará el próximo agosto. Esto hará sonreír a sus accionistas, entre los que destaca un 56,2% de free float (es decir, en manos del mercado a través de diversos inversores institucionales, como el estadounidense Massachusetts Financial Services Company, que controla entre el 5% y el 10% de los derechos de voto). El resto del capital se distribuye entre: un 8% de Parpública (vehículo para las participaciones del Estado luso) y un 35,8% de Amorim Energia (tiene su sede en Países Bajos y sus accionistas son dos empresas controladas por la familia portuguesa Amorim y otra que dirige Sonangol -la petrolera estatal de Angola-).
Recuerden que Galp está presente en España, donde es la cuarta operadora en gasolineras, tras Repsol, Cepsa y BP, seguida de cerca por Disa (que operas las propias y las de Shell en nuestro país); y también posee energías renovables. Al hilo de las estaciones de servicio, quiso felicitar por la victoria en la Eurocopa, con un descuento directo de 4 euros a todos los usuarios de su programa de fidelización Mundo Galp.