Decíamos ayer, que las condiciones de Bruselas para aprobar la fusión entre Orange y MásMóvil beneficiaban... ¡a Orange y MásMóvil!
Pues bien, hoy, martes 12, el Consejo de Ministros ha aprobado la fusión entre las dos telecos, tras un cierto rifirrafe con Bruselas sobre el espectro cedido del que el principal beneficiario es el oscuro romano Digi. Y no olvidemos que el espectro es el poder. Cuestión de soberanía... como no debemos olvidar que España es el país con la red de fibra más amplia de Europa. Tanta, que a lo mejor sobra y por eso, la única solución que encuentran los operadores es compartirla. Dicho de otra forma: el suculento negocio mayorista a lo mejor deja de serlo en breve.
Ahora bien, lo sorprendente es que el Gobierno aprueba la fusión Orange-MásMóvil... y ¡alaba a los novios! El ministro José Luis Escrivá -no era necesario, Escrivá- asegura que no puede decir cuántos empleos se perderán, porque eso rompería la "reserva" de la empresa. Y alaba el plan de inversión... aunque el apalancamiento de Orange-MásMóvil es el mayor de todo el sector (por encima del 50%).
Y yo que pensaba que un regulador está para eso, para fomentar la transparencia de la empresa y para detener una fusión si eso no favorece ni al empleo, ni a la inversión, ni al bien común.
Todo sea por beneficiar a Digi y a Orange y a MásMóvil. ¿Y Telefónica, la misma que el Gobierno quiere controlar? Esa no importa.