El Gobierno sigue empecinado en mantener el cierre de los siete reactores nucleares que están operativos actualmente en España en el periodo acordado (entre 2027 y 2035). Mientras en Europa se va rectificando y se opta por impulsarlas, como se puede ver en los casos de Francia y Reino Unido, disparando planes e inversiones para construir mini-reactores (los conocidos como SMR, por sus siglas en inglés).
A instancias de Hispanidad, la vicepresidenta ecológica Teresa Ribera no se abre a la posibilidad de que haya cambios en dicho calendario de cierres. Es decir, parece que descarta que se pueda tanto adelantar como prorrogar. Recuerden que hace unos meses, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) le advirtió que debería vigilar la situación financiera de las nucleares españolas para evitar su cierre antes de los acordado, porque operan a pérdidas… Una inviabilidad por los impuestos que pagan (unos 1.160 millones de euros en 2020, el 62% de su facturación), como destacó poco después Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear.
El precio de la electricidad doméstica e industrial en Francia es más barata que en España y en Alemania, porque el país galo tiene más centrales nucleares y menos dependencia del gas natural, como destaca un documento de la Comisión Europea
Pero no sólo eso, Ribera ha destacado que Bruselas aún no ha comentado nada de aumentar las inversiones en nuclear. Eso sí, las palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, son para tenerlas en cuenta, porque no sólo ha apostado por impulsar las renovables, sino que ha defendido que “necesitamos una fuente estable, nuclear, y durante la transición, gas”.
Claro que Ribera también debería mirar más a Francia donde RTE (el operador del sistema eléctrico del país vecino, o sea, su Red Eléctrica) ha publicado el estudio ‘Energy Futures 500’ sobre su transición energética. Ahí concluye que construir nuevos reactores EPR (como el de Flamanville) es la forma más barata de descarbonizar, pero que también serán necesarias más renovables. Además, debe tener en cuenta que el precio de la electricidad doméstica e industrial en Francia es más barata que en España y en Alemania, porque el país galo tiene más centrales nucleares y menos dependencia del gas natural, como puede verse en este documento de la Comisión Europea.
Recuerden que la energía nuclear es la que aporta mayor electricidad en España (el 22% del total) y que lucha contra el cambio climático. De hecho, el pasado lunes, a pocos días de que comience la COP 26 en Glasgow, Foro Nuclear ha subrayado que esta energía es esencial contra el cambio climático, pues es la segunda fuente de energía baja en carbono tras la hidráulica y evita la emisión de más de 2.000 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera cada año. Algo que va en la línea defendida por tantos otros, entre ellos William D. Magwood IV, director de la Agencia para la Energía Nuclear (NEA por sus siglas en inglés y que forman 34 países) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE): “La nuclear es la única fuente para generar electricidad con bajas emisiones de manera masiva”.