El impuestazo energético que surgió como algo extraordinario y temporal, al igual que el de la banca, se prolongó al prorrogarse los Presupuestos de 2023 y no haber unos de 2024, pero ojo, porque el mareo del Gobierno al respecto aún no ha acabado. Ahora Pedro Sánchez y compañía insisten en ir contra las energéticas al querer convertirlo en permanente, como avanza La Vanguardia,… y no confirmar si habrá incentivos a las inversiones verdes (por supuesto) o no.
Recuerden que el impuestazo a las energéticas ha lastrado algunos de sus resultados, y las últimas muestras se han podido ver en los del primer trimestre de Repsol y Endesa, así como en los anuales de 2023 de Cepsa (donde fue la principal razón de las pérdidas de 233 millones de euros). Hace poco más de cuatro meses, cuando Repsol dio a conocer sus cifras de 2023 y su actualización estratégica, el CEO, Josu Jon Imaz, rebajó el tono de amenaza sobre las inversiones en España, pero volvió a dejar claro que no le gustaba el impuestazo y preguntó si es social aplicarlo a quien invierte y produce en España y no al de fuera.
En 2023 las arcas públicas ingresaron 2.900 millones de euros con los impuestazos de las energéticas y los bancos, y este año la cifra será aún mayor, según prevé la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT)
En este tema del impuestazo, las energéticas siempre han mostrado su rechazo, aunque rebajaron algo la intensidad cuando el Gobierno les ofreció incentivos a la inversión (o sea, desgravaciones fiscales) en los Presupuestos de 2024. Al final, como estos no se llevaron a cabo, sino que se prorrogaron los de 2023, el impuestazo siguió aplicándose sin incentivos. La Vanguardia recuerda que el año pasado las arcas públicas que tutela la vicepresidenta primera y titular de Hacienda, María Jesús (Marisu) Montero, ingresaron 2.900 millones de euros con los impuestazos de las energéticas y los bancos, y que este año la cifra será aún mayor, según prevé la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT). ¡Olé!
El Departamento de Marisu ha empezado a dar pasos para los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2025 con la orden de elaboración publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y se encuentra la prolongación de los impuestazos a energéticas y bancos. Según fuentes de Hacienda han explicado a La Vanguardia, “la idea es reconvertir los gravámenes en permanentes”, y el principal motivo es que deben contentar a Sumar, pues dichos tributos y su extensión se recogían en el acuerdo de coalición que permitió que el tercer Gobierno Sánchez empezara a rodar el pasado noviembre. Pero ojo, porque en Moncloa se olvida los recursos presentados por las energéticas y los bancos ante la Audiencia Nacional, y también que recientemente, en Italia, su Tribunal Constitucional ha declarado ilegal parte del impuesto especial a las energéticas que impuso el Ejecutivo de Mario Dragui en 2022, subrayando que el carácter excepcional y temporal del tributo “no pueden considerarse una justificación para la introducción de ningún tipo de impuesto”.
Al hilo del impuestazo, cabe recordar que el pasado diciembre, la vicepresidente ecológica, Teresa Ribera (entonces sin visos de aspirar a comisaria de Energía como ahora), se avenía a reducirlo, mientras la Comisión Europea proponía suprimirlo... porque ya no había beneficios extraordinarios. Por su parte, el presidente ejecutivo de Iberdrola, Ignacio S. Galán, confiaba en el PNV… y a este le gustaba que el Gobierno le ofreciera que el impuestazo lo gestionara País Vasco y Navarra. Ahora no se sabe aún si Marisu incluirá incentivos a las inversiones verdes o no, para aliviar un poco la extensión del ‘castigo’ a las energéticas, pero no hay que olvidar que también debe ofrecer cosas a PNV, Junts, ERC y otros partidos para sacar los Presupuestos de 2025 adelante.