La actitud del Gobierno con Telefónica recuerda a las nueve terroríficas palabras de Ronald Reagen: “Hola, soy del Gobierno y estoy aquí para ayudarle”. Moncloa desembarcó en la teleco, en teoría, para protegerla de los árabes de STC, que irrumpieron con el 4,5% del capital, más otro 5% en derivados. Todavía no tienen consejero, pero todo se andará, porque si algo han demostrado los saudíes es que no tienen ninguna prisa. Lo suyo es a largo plazo.
La que ha acelerado en las últimas semanas ha sido la Sepi, que ya ha designado a Carlos Ocaña -amigo de Sánchez- como representante en el consejo de la compañía tras notificar que ya poseía el 7% del capital.
Pues bien, casi sin tiempo para digerir este nombramiento, el ministro para la Transformación Digital Función Pública, José Luis Escrivá, dejó la puerta abierta a que el Gobierno -perdón, la Sepi- designe a un segundo vocal cuando llegue al 10% del capital: “Se verá en su momento”, declaró, como si Telefónica dependiera directamente de Moncloa.
Por cierto, se habla de Juan Moscoso, hijo de Javier Moscoso, ex ministro de la Presidencia con Felipe González y creador de los ‘moscosos’ o días de libre disposición en la Administración Pública. Resulta que Juan es amigo de Pedro Sánchez, pero este detalle nada tiene que ver con que suene para entrar en Telefónica. Desde 2022 es consejo dominical de Indra, en representación de la Sepi.
De confirmarse su entrada, el vocal saliente tendría que ser un varón, ya que lo contrario significaría que de los quince consejeros sólo 4 serían mujeres frente a 11 varones. Claro que esto tendría fácil solución si tanto Ocaña como Moscoso, sin hormonación alguna, se convierten en Carlota y Juana.
Sea como fuere, el nombramiento de otro consejero de la Sepi pondría a Telefónica en un serio aprieto ya que para darle entrada, Pallete tendría que prescindir de otro vocal… independiente. A los dominicales no puede echarlos porque están en representación de un accionista significativo. Tampoco tiene pinta de que el socialista Javier de Paz, el único ‘otro externo’ del consejo y el más veterano -su primer nombramiento data de 2007- se vaya a retirar justo ahora para dar entrada a otro camarada. ¿Por qué sólo dos, si podemos ser tres?.
En otras palabras, tras reducir el número de mujeres en el consejo -por culpa del Gobierno más feminista de España, por cierto-, Telefónica vería reducido el número de consejeros independientes y no hay nada peor para una cotizada que ser una empresa tutelada. Es algo que los fondos tienen muy en cuenta… para mal. No les importa que la propiedad sea pública, pero que la gestión sea pública es una línea roja que no se puede traspasar de ninguna manera. Y si algo deja entrever el comentario de Escrivá es tutelaje y que Moncloa no cuenta con la cúpula de Telefónica.