Parásito, ladrón y censor. Alphabet (Google) ganó 76.033 millones de dólares en 2021 (unos 67.500 millones de euros), un 89% más que en 2020, después de aumentar los ingresos un 41%, hasta los 257.637 millones de dólares (en euros, unos 229.000 millones) gracias, principalmente, a la publicidad en el buscador. La gestión de los anuncios continúa siendo el negocio más importante de la compañía y supuso más de 80% de los ingresos. El negocio de la nube también creció, pero sigue siendo residual para el grupo: en el último trimestre facturó 5.541 millones de dólares.
Y esto es bello e instructivo porque 2021 fue el primer año tras el cambio de algoritmo -4 de diciembre de 2020- que catapultó a Google a la categoría de mayor censor global del planeta. Sí, nadie censura tanto y con tanta eficacia como Google, auténtico garante del pensamiento único que quiere imponer el Nuevo Orden Mundial.
La pandemia, en este sentido, le ha venido de perlas: ha sido la coartada perfecta para imponer sus criterios en internet sobre lo que se puede y no se puede decir. Y el que no esté de acuerdo pasa a la página 20 de las búsquedas o, lo que es lo mismo, desaparece de la red.
Los principales mercados de Google son, por este orden, EEUU (46% del total), Europa, Oriente Medio y África.
Además de parásito -coge las informaciones de los medios-, ladrón -les roba la publicidad- y censor, Google es abusón. Así, en noviembre de 2021, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ratificó la multa de 2.424 millones de euros impuesta al buscador por abuso de posición dominante. La compañía, tan socialmente responsable y que vela por nuestro bien, acumula sanciones por más de 8.254 millones de euros solo en Europa. Pero, ¿qué es eso para una empresa que gana 67.500 millones?
Un monopolio mundial que parasitiza a los medios, canibaliza a los medios y censura a los medios. El buscador se ha convertido en el representante global de lo políticamente correcto, guardián del pensamiento único. ¡Pobre de aquel que se atreva a discrepar!