Cabría esperar que el nombramiento de Steven F. Mayer como presidente ejecutivo de Grifols, anunciado en la tarde del lunes, tuviera un efecto positivo en la cotización de la compañía farmacéutica, pero no ha sido así. La cotización de Grifols solo ha subido un 0,7% este martes, frente a un Ibex desatado que ha subido un 3,6%.
Es la primera vez que alguien ajeno a la familia dirige la compañía y todo apunta a que ha sido por exigencia de los fondos, descontentos con la abultada deuda acumulada -8.994 millones de euros, 9 veces el ebtida- desde la compra de Biotest. El pasado día 26 la compañía se comprometió a reducirla, pero no dijo cómo.
Veremos cómo evoluciona el mandato de Mayer, porque tendrá a su cargo a los máximos accionistas y co-Ceo, esto es, a Raimon Grifols Roura y a Víctor Grifols Deu. En el Consejo también estará el presidente saliente, Víctor Grifols Roura, ahora presidente de honor y en calidad de dominical.
En definitiva, para salvar a la empresa familiar, Grifols nombra a Mayer, consejero independiente desde 2011 y, más significativo, ex director general sénior, ex corresponsable de private equity y ex presidente del comité de inversiones de Cerberus, uno de los mayores fondos del mundo, en el que trabajó hasta 2018.