La economía europea no anda muy allá que digamos, con la locomotora Alemania en recesión fija-discontinua y en crisis política profunda. Que España, con una tasa de desempleo superior al 11% -la mayor de la UE y de la OCDE- y una deuda pública disparada en términos absolutos, sea ahora mismo el motor europeo, dice mucho de cómo anda el Viejo Continente.

Luis de Guindos tiene sus reservas, no acerca de la inflación -aunque no está controlada-, sino acerca de la economía europea. “La recuperación económica que anticipábamos no se está dando con la intensidad que esperábamos”, afirmó este jueves durante el encuentro financiero organizado por Deloitte y ABC.

Lo malo es que la situación podría empeorar en 2025 si Donald Trump sube los aranceles y Europa, en contestación, también los impone. Según el vicepresidente del BCE, esto podría desembocar en una guerra comercial que no es buena para Europa en general y para España en particular.

Sobre el impuesto a la banca que el Gobierno todavía no ha logrado aprobar, junto con otras medidas fiscales, el número dos de Lagarde reiteró que “no debe afectar a la solvencia ni a la concesión de crédito”.

Y para terminar, también habló del euro digital, todavía en pruebas. “No queremos sustituir el dinero físico”, afirmó de manera tajante. Nos deja muy tranquilos… o no. ¿Se imaginan que dijera lo contrario, que el objetivo es eliminar el efectivo? Naturalmente, no lo va a decir y lo más probable es que no sea el objetivo del euro digital, pero sí un paso muy importante hacia la desaparición de los billetes. Por ejemplo, piensen en la pandemia y lo que podría haber sucedido con el euro digital ya vigente en nuestros móviles.