Luis de Guindos está empeñado en que los bancos europeos se fusionen entre sí. Cuando los tipos de interés eran negativos, el argumento era que las entidades necesitaban recortar costes y, además, requerían economías de escala solo alcanzables mediante la unión de dos o varias entidades.
Ahora, con los tipos de interés en el 2,5% -y subiendo-, también urgen las fusiones transnacionales para “llevar a cabo mejoras importantes desde el punto de vista de costes” y “para mejorar la rentabilidad estructural” del sector, afirmó Guindos este lunes durante un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Forum.
En otras palabras, las fusiones transnacionales son necesarias sí o sí, según el vicepresidente del BCE, porque la subida de tipos provocará una ralentización de la economía y mayores costes de financiación que “antes o después” mermarán la solvencia de familias y empresas, lo que provocará “un incremento de las provisiones”. Conclusión: las entidades deber reducir aún más sus costes.
Todo esto alimenta la sospecha de que vamos hacia un único banco público… y digital: el BCE. Al final, el ultra-liberal Guindos va a resultar ser un podemita de tomo y lomo
No hay escapatoria. Hay que reducir el número de bancos en Europa y deben ser entidades ‘impersonales’, es decir, sin propietarios. Por eso, Guindos apeló a “los gestores” para que abanderen esas fusiones, no a los propietarios.
Y todo esto sin mencionar la inacabada Unión Bancaria, auténtico freno de cualquier intento de consolidación. Es la eterna reivindicación de los banqueros: que el BCE cambie la normativa y la unifique en Europa. Para empezar, que ponga en marcha el Fondo de Garantías de Depósitos Europeo y apruebe de una vez por todas el Mecanismo Único de Resolución (MUR). Por cierto, la mayor anomalía son las más de 300 cajas de ahorro alemanas, inasequibles al BCE y muchas de ellas en una situación económica endeble.
Y lo más importante: en esa Unión Bancaria, ¿cuántos bancos le corresponderían a cada país? Por ejemplo, ¿Santander y BBVA a España… o la unión de los dos?
Menos bancos y con menos costes, esto es, con menos empleados. Entonces, ¿cuál es el futuro del sistema de pagos del país? ¿Y el de los clientes más mayores y menos ‘digitalizables’?
Todo esto alimenta la sospecha de que vamos hacia un único banco público… y digital: el BCE. Al final, el ultra-liberal Guindos va a resultar ser un podemita de tomo y lomo.