Ya lo advirtió el CEO, Daniel Ervér en junio: la segunda parte del ejercicio iba a ser más complicada por la incertidumbre que genera la elevada inflación. Si a eso sumamos el mal tiempo a principios del verano, tenemos unos resultados muy flojos del tercer trimestre fiscal (junio-agosto).

Menos mal que logró remontar durante julio y agosto. Aun así, las ventas del trimestre se redujeron un 3% y no superaron los 59.011 millones de coronas suecas (unos 5.210 millones de euros), y el beneficio neto se desplomó un 30% y se quedó en 2.307 millones de coronas suecas (unos 204 millones de euros).

El caso es que el beneficio de los nueve primeros meses del ejercicio sí crece, un 19% respecto al ejercicio anterior, pero sólo gracias al obtenido en la primera mitad. El ejercicio, en su conjunto, será peor, con unas ventas que caen y en plena reorganización de la compañía que incluye un ERE en España para 521 trabajadores y el cierre de 28 tiendas.

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Así las cosas, la cotización comenzó la sesión de este jueves cayendo un 4% y poniendo fin a la remontada bursátil iniciada a principios de septiembre, tras el batacazo de finales de junio -cayó más de un 12%-, cuando Ervér admitió, por primera vez, que la segunda mitad del ejercicio sería mala.