En su Informe Anual, publicado este miércoles, el Banco de España advierte del elevadísimo nivel de deuda pública que al ritmo actual podría alcanzar el 140% del PIB, desde el 117% de marzo. El último dato es escalofriante: la deuda pública cerró el primer trimestre en 1,4 billones de euros. Eso es, de momento, lo que debemos los españoles… y subiendo.
El talón de Aquiles son las pensiones, y eso que el Gobierno finalmente no las subió todo lo que prometió: no fue según el IPC sino según la ‘media móvil’ anual, inferior al IPC. En cualquier caso, el gasto en pensiones continúa desbocado y no parece que, con una inflación disparada –el BdE prevé que cierre el año en el 7,5% de media- y más persistente en el tiempo de lo esperado, vaya a disminuir.
La situación es muy grave. La nómina mensual de las pensiones contributivas de la Seguridad Social se supera cada mes y ya está -marzo 2022- en los 10.798 millones de euros, un 4,9% más que en marzo de 2021. Y lo peor de todo es que se pagan con deuda. Una deuda cuyos intereses subirán todavía más a partir del verano, cuando el BCE suba los tipos.
El ministro Escrivá, que sabe que el sistema no es viable y que necesita reformas, propone incentivar a los pensionistas que sigan trabajando aunque estén jubilados. La medida, sin embargo, tendría el efecto contrario y, tal y como publica El Mundo, el pensionista podría perder hasta un 60%.
Lo cierto es que el gasto en pensiones está disparado y hay que pararlo. Para ello, el Banco de España propone no actualizarlas según el IPC, sino mediante algún mecanismo similar al Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP) aprobado por Rajoy y derogado por Sánchez. Si el Gobierno no lo hace -que no lo hará-, las consecuencias serán todavía peores: habrá que subir los impuestos y, al mismo tiempo, bajar las pensiones.
El panorama no es nada alentador. La economía española evoluciona peor de lo que parece y mucho peor de lo que pinta el Gobierno. Por esta razón, el Banco de España se ha visto obligado a revisar a la baja su previsión de abril que fijaba un crecimiento del 4,5% del PIB este año. No será así y solo creceremos en torno al 4%. Recuerden que venimos de una caída del PIB del 10,8% en 2020, la mayor de Europa. Y recuerden también que el Gobierno rebajó sus previsiones, del 7% al 4,3% para 2022, superior al 4% estimado por la Comisión Europea.