Tras renunciar a la adquisición del 100% de Air Europa, poniendo como excusa al regulador europea, aunque en realidad fue para evitar verse metido en un escándalo político (el caso Begoña Gómez), el consejero delegado de IAG insiste en ir de compras. De hecho, en una entrevista para Financial Times, Luis Gallego ha vuelto a hablar de la aerolínea portuguesa TAP, a la que ha aludido en alguna otra ocasión, y también ha apuntado a la posibilidad de adquirir alguna aerolínea hispanoamericana… sin dar nombres. Al hilo de esto último, esperemos que no tenga a la brasileña Azul en el horizonte, pues esta ha tenido elevadas pérdidas semestrales y ha recibido un sonoro castigo bursátil (-10,85%).
Recuerden que el holding aéreo IAG -dueño de Iberia, British Airways, Aer Lingus y las low cost Vueling y Level- ha cerrado el primer semestre con buenos resultados en general. Los ingresos han crecido un 8,4%, y el beneficio de explotación ha aumentado un 3,8%, aunque el beneficio después de impuestos ha descendido levemente de 921 millones de euros a 905 millones. Eso sí, tiene dinero para ir de compras, porque la liquidez ha ascendido a 13.168 millones; y encima, la deuda neta ha bajado bastante, desde 9.245 millones a 6.417 millones. Además, de momento, conservará el 20% de Air Europa que había adquirido durante el largo proceso de adquisición que empezó en noviembre de 2019 y que, al final, no ha llegado a buen puerto por el caso Begoña Gómez, poniendo en berlina a Pedro Sánchez.
Los resultados semestrales de IAG han sido mucho mejores que los de sus principales rivales europeos, Air France-KLM y Lufthansa. Y es que el grupo aéreo franco-neerlandés ha tenido unos números rojos de 400 millones y los del grupo alemán han ascendido a 265 millones. Por tanto, ni uno ni otro están en buenas condiciones para convertirse en los nuevos ‘novios’ de Air Europa: recuerden que esta aerolínea de la familia Hidalgo llegó a interesar a Air France-KLM, de hecho, Juan José Hidalgo (más conocido como ‘Pepe Aviones’) llegó a negociar con el grupo franco-neerlandés en 2022; mientras que Lufthansa optó por hacerse con la italiana ITA Airways (la antigua Alitalia).
En enero de 2023, el entonces minsitro de Economía luso destacaba que TAP ya tenía conexiones con cuatro aeropuertos portugueses, había conectividad entre Portugal y Barajas, y sinergias con Iberia porque volaba varios países de América (Canadá, EEUU, México, Venezuela y Brasil)
Volvamos a Gallego y a sus alusiones a TAP y a alguna aerolínea hispanoamericana. En el caso de la aerolínea portuguesa, en manos del Estado luso tras ser rescatada y recapitalizada, fue en enero de 2023 cuando se empezó a hablar de que interesaba a IAG. Es más, el entonces ministro de Economía portugués señalaba que “TAP ha creado las condiciones para que Iberia entre en su privatización”, en una entrevista en El Economista, aunque también había otros interesados, entre los que podrían estar Lufthansa y Air France-KLM. Además, subrayó que TAP ya tenía conexiones con cuatro aeropuertos portugueses, había conectividad entre Portugal y Barajas, y sinergias con Iberia porque vuela a varios países de América (Canadá, EEUU, México, Venezuela y Brasil). Un mes más tarde, en la presentación de los resultados de 2022 de IAG, curiosamente cuando anunciaba la compra total de Air Europa, Gallego no descartaba pujar por la aerolínea portuguesa… y ahora, tras renunciar a la aerolínea de la familia Hidalgo, vuelve a mencionarla. ¿Casualidad? Por supuesto que no, y mucho menos si uno recuerda al poeta, dramaturgo, filósofo e historiador alemán Friedrich Schiller, quien defendía que las casualidades no existen.
En el caso de la posibilidad de adquirir alguna aerolínea hispanoamericana, Gallego lo tiene algo más complicado porque hay varias, pero va en línea con el objetivo de incrementar su fortaleza en el mercado hispanoamericana. Eso sí, seguramente no se habrá fijado en la brasileña Azul porque ha tenido unas elevadas pérdidas semestrales (-830,9 millones de euros), frente al beneficio de 29,3 millones obtenido en el mismo periodo de hace un año, en parte, por las inundaciones en Río Grande do Sul el pasado mayo, la rápida devaluación del real brasileño (que no va bien con la vuelta de Lula da Silva a la presidencia) y la reducción temporal de la capacidad internacional.
Azul revisa a la baja sus previsiones anuales, aunque su CEO, John Rodgerson, se muestra optimista de cara a los períodos de primavera y verano del país. Ante todo esto, la aerolínea brasileña recibe un sonoro castigo bursátil
Por su parte, el beneficio bruto de explotación (ebitda) ha crecido un 12,8%, a 411 millones, y el margen se ha elevado al 27,9%. Los ingresos han ascendido a 1.475 millones (+1,2%), con alzas en el transporte de pasajeros (+1,2%) -que es el negocio principal y aporta el 92% de la facturación- y en el de mercancías (+0,9%).
Tras los malos resultados semestrales, Azul ha revisado a la baja sus previsiones anuales, aunque su CEO, John Rodgerson, se ha mostrado optimista de cara a los períodos de primavera y verano del país. Ante todo esto, la aerolínea brasileña ha recibido un sonoro castigo bursátil: su cotización se ha hundido un 10,85%… y acumula ya una depreciación del 58% en lo que va de año.