En Iberdrola, no hay duda de quién manda y seguirá mandando -Ignacio S. Galán (74 años)-, aunque en el otoño de 2021, tuvo que ceder a la presión de los fondos y nombrar un CEO (de paja, eso sí), algo para lo que eligió a Armando Martínez (56 años). Y Galán no suele participar en eventos del sector con otros colegas, algo que deja para el CEO de Iberdrola España, Mario Ruiz-Tagle (59 años). Eso sí, como presidente ejecutivo de la eléctrica no sólo manda mucho, sino que también gestiona con bastante caradura de la elevada deuda: se financia y refinancia... a bajo precio y a costa de muchos bancos públicos.

El ingeniero salmantino tiene un gran problema encima de la mesa: la elevada deuda, que al cierre del pasado septiembre se situaba en 46.697 millones de euros. Como saben, dentro de una compañía es mejor afrontar la deuda con fondos propios que con deuda externa, pero como la de Iberdrola es tan elevada no queda otra que recurrir fuera en busca de financiación y hasta de refinanciación (algo que siempre es malo y que hace quien tiene una elevadísima deuda... porque no ha podido amortizar el crédito que ya tenía con su deudor).

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Eso sí, a la vista de lo publicado por nuestros colegas de Expansión, que habla de “plan histórico de financiación de 22.000 millones”, más de uno podría creerse que se alude a algo muy bueno de Iberdrola... pero nada más lejos de la realidad. En lo que va de año, ha logrado 11.500 millones de financiación en distintos tipos de bonos (verdes y senior) y préstamos, y aspira a llegar a más el año que viene, alcanzando unos 22.000 millones. ¿Quién le da tanto dinero a Iberdrola? En su mayoría fondos de inversión y muchos bancos y organismos públicos (Banco Mundial -que es más bien un fondo y que no puede dar donaciones a empresas privadas, pero sí a las naciones en desarrollo-, Banco Europeo de Inversiones -BEI-, Fondos Next Generation de la Unión Europea, etc.), y tan sólo uno del sector bancario privado (de Banco Sabadell y HSBC, pero ojo, respaldado con garantías del Instituto de Crédito Oficial -ICO- y de la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación -Cesce-), como se puede ver en el siguiente gráfico de Expansión... y donde sólo se ve la estructura de unos 7.641 millones de la citada financiación. Además, no hay que olvidar que el año pasado, Galán se alió con el Banco Mundial... y lo vendió como filantropía al tratarse de “potenciar la transición energética en países emergentes”, pero también era negocio porque Iberdrola también recibiría dinero; y que ha convertido las energías renovables que tanto le gustan hoy (y tanto criticaba en el pasado) en un producto financiero

Iberdrola presume de aprovechar la caída de tipos de interés: recuerden que a finales de octubre, el BCE bajó en 25 puntos básicos los aplicables a la facilidad de depósito al 3,25%, a las operaciones principales de financiación al 3,40% y a la facilidad marginal al 3,65%. Sin embargo, los bajos tipos no siempre son positivos, pues si se alarga el plazo de pago, al final la compañía financiada va a acabar pagando más sí o sí.

Entre el dinero obtenido más recientemente, cabe citar un préstamo de 500 millones del BEI, financiados con fondos Next Generation, el pasado 20 de noviembre, cuando así lo firmaron José Sainz Armada (65 años), director de Finanzas, Control y Desarrollo Corporativo de Iberdrola; Antonio Lorenzo, jefe de la división de Financiación Corporativa en España del BEI; e Inés Carpio San Román, directora general de Financiación Internacional del Tesoro en el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa que lidera Carlos Cuerpo. Claro que Galán no sólo ha logrado financiación y refinanciación de fondos y muchos bancos y organismos públicos, sino que también apuesta por una negociación a la baja. De hecho, en Expansión se recoge que hace unos días, en la sede situada en Bilbao, hubo una reunión del equipo mundial de financiación que dirige Jesús Martínez, donde se acordaron unas líneas generales con el objetivo de obtener el dinero lo más barato posible y de fuentes diversificadas. Por ello, apuesta por bonos verdes, que son un tipo de deuda que, a diferencia de otros instrumentos de crédito, comprometen el uso de los fondos obtenidos con un proyecto medioambiental o relacionado con el cambio climático (que es una estafa). También por bonos verdes híbridos: los híbridos son bonos que comparten algunas características con los de renta variable y sus rendimientos son significativamente superiores a los que pagan los bonos senior... y al llevar el adjetivo de verdes van vinculados a la manida sostenibilidad. Asimismo, están los bonos senior, que son los últimos que se pagan y cuentan con más facilidades de pago. Además, Iberdrola también recurre a préstamos.

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¿Y para qué necesita una milmillonarias financiación y refinanciación el señor Galán? Pues no sólo para afrontar la elevada deuda de Iberdrola, sino también el ambicioso plan de inversiones recogido en la última actualización de su plan estratégico que presentó el pasado marzo (41.000 millones hasta 2026, casi tanto como la actual deuda, sobre todo en redes y renovables... y de los que 36.000 millones los afrontará la eléctrica y los 5.000 millones restantes los pondrán sus socios en proyectos de renovables). Además, a la deuda y las inversiones se suma una elevada cifra de dividendos prometidos: nada más y nada menos que 11.000 millones... para tener a los fondos calladitos y contentos (entre ellos, el fondo soberano de Catar -QIA-, BlackRock y Norges Bank).