En Iberdrola, su presidente y CEO, Ignacio S. Galán, aún no tiene el favor de todos los proxy advisors (los asesores de voto de los inversores, principalmente de los accionistas institucionales). Entre ellos, se encuentran el estadounidense Glass Lewis y el español Corporance -miembro de la alianza europea de asesores de voto Proxinvest-; y no hay que olvidar que Galán se llevó una bronca del emir de Catar en la visita a España que hizo el mes pasado.
A las puertas de la Junta de Accionistas que celebrará en Bilbao el próximo día 17, la eléctrica presume de haber ganado al proxy estadounidense Institutional Shareholder Services (ISS), el mayor del mundo, que recomienda votar a favor de los 20 acuerdos propuestos. Ahora esta cita se presenta algo menos difícil que hace unas semanas, cuando a Galán le preocupaban más los accionistas institucionales... y quería ganarse a los minoritarios: anunció un dividendo de involucración de 0,005 euros brutos por acción si alcanza un quórum del 70%, ha reabierto y ha aumentado un 50% los puntos de atención al accionista, mantiene la posibilidad de ejercer el derecho de voto vía WhatsApp y Telegram que estrenó en 2021 y se convierte en la primera empresa que usa tecnología blockchain para certificar la participación en la Junta.
El 'proxy' Corporance recomienda votar en contra de las remuneraciones, pero también de la gestión del Consejo por el efecto reputacional del ‘caso Villarejo’ y critica la pasividad ante la ausencia de un plan de sucesión “transparente”
La influencia de ISS es especialmente relevante para los accionistas extranjeros (que suponían el 69,25% del capital de Iberdrola al cierre de 2021), los minoristas (22%) y las entidades españolas (8,53%). Asimismo, la práctica habitual es que las grandes gestoras sigan las recomendaciones de los grandes proxies, como ISS. Y entre el accionariado de la eléctrica destaca el fondo soberano de Catar (QIA); el fondo colonizador del Ibex 35, BlackRock; y Norges Bank, gestor del fondo soberano noruego; con unas respectivas participaciones del 8,694%, del 5,195% y del 3,116%.
Recuerden que a la Junta de 2021, Galán llegó tras seducir a los grandes proxies Glass Lewis e ISS, y a los fondos, sobre todo al catarí. Aún no lo ha logrado con el primero, que ha recomendado votar en contra del punto que recoge la votación consultiva sobre el informe anual de las remuneraciones de los consejeros. Entre ellas está la del propio Galán, que cobró 13,2 millones en 2021, un 8% más que el año anterior, a pesar del rechazo de más del 16% de los accionistas.
Entre los acuerdos que se votarán en la Junta está la reelección de Anthony L. Gardner, uno de los cinco miembros de la Comisión Ejecutiva Delegada y uno de los tres que componen la Comisión de Nombramientos
Claro que parece que costará más ganarse el favor del proxy Corporance. En concreto, porque no sólo recomienda votar en contra de las remuneraciones, sino también de la gestión del Consejo por el efecto reputacional del ‘caso Villarejo’ y critica la pasividad ante la ausencia de un plan de sucesión “transparente”. Por ejemplo, en los bancos está totalmente fijado cómo se hace ese proceso y lo conocen las autoridades regulatorias. Con este antecedente, se supone que en Iberdrola lo sabrá Galán y quizá la Comisión Ejecutiva Delegada: la cual forman el propio Galán y los consejeros Manuel Moreu, Juan Manuel González Serna, Ángel Acebes y Anthony L. Gardner. Estos dos últimos son presidente y vocal de la Comisión de Nombramientos, respectivamente, donde también tiene una silla como vocal María Helena Antolín, vicepresidenta de Grupo Antolin. Y por cierto, entre los acuerdos propuestos a la Junta está la reelección de Gardner y los nombramientos de María Ángeles Alcalá e Isabel García Tejerina.
El emir catarí, Tamim bin Hamad Al Thani, le pidió que no fuera tan duro con sus críticas al gas, porque los principales negocios de Catar siguen siendo el gas y el petróleo... por mucho que a Galán le chifle todo lo verde
Galán tiene 71 años y el próximo 30 de septiembre cumplirá 72, pero no está por la labor de irse ni tampoco de nombrar un CEO, como tanto le reclama BlackRock. En la Junta de 2019 fue reelegido por otros cuatro años (es decir, hasta 2023), se mostró dispuesto a quedarse diez años más y refirió que Iberdrola tenía planes de sucesión definidos a todos los niveles (incluido el de presidente) y muchos retoños en la casa; y en la Junta de 2020 se blindó en la presidencia ante el ‘caso Villarejo’ por mayoría búlgara (99,9%). Además, la ruptura total con el Gobierno Sánchez no preocupa a sus accionistas, aunque la semana pasada Iberdrola vivió la revancha de Inditex en bolsa, que le dio el sorpasso y recuperó la primera posición en capitalización bursátil del Ibex.
Por cierto, de cara al voto de su principal accionista, QIA, conviene destacar que Galán se rindió ante la visita del emir catarí, Tamim bin Hamad Al Thani, pero no fue correspondido de la misma forma. Esta último le pidió que no fuera tan duro con sus críticas al gas, porque los principales negocios de Catar siguen siendo el gas y el petróleo... por mucho que a Galán le chifle todo lo verde.