Las eléctricas vuelven al punto de partida, como quien dice, con Pedro Sánchez en Moncloa. Es un sector al que le gusta maniobrar con seguridad -necesita estabilidad, sobre todo regulatoria-, y eso es justo lo que no ve en estos momentos tras el éxito de la moción de censura. Había jugado hasta ahora sus bazas con el ministro Álvaro Nadal, poco complaciente con sus exigencias, pero los cambios rápidos no son buenos en cuestiones como la planificación energética. Ahora no tienen ni idea de lo que va a pasar, cuando han escuchado hasta hace muy poco mensajes de todo tipos, hasta pintorescos. Desde la oposición es más fácil cargar que desde el poder, aunque nada se sabe porque ni hay programa, aunque sí Presupuestos, el mando está en Sánchez pero depende del resto, Podemos, el PNV o los independentistas. El juego sólo ha comenzado.
No son pocos los retos que tiene en frente el sector, pero añadir a esa ensalada más incertidumbre siempre es un riesgo. Paradójicamente, aunque por otros motivos, parece como una vuelta de esta sección, La semana de las empresas, que inició su andadura con el título el suspense se adueña del sector energético. Pero todo estaba en fase de negociaciones, con poco éxito, para la el reparto del mix, la planificación energética o los mecanismo para evitar el cierre de plantas (térmicas, ojo, y más importante, las centrales nucleares).
La incertidumbre afecta sobre todo a revisión de las tarifas, pero también a la planificación energética
Es significativo, como pueden observar en los gráficos, que las tres principales eléctricas, Iberdrola, Endesa y Gas Natural Fenosa -focos de información esta semana por otras cuestiones- hayan vivido días de repliegue en bolsa, salvó este viernes, día espirituoso en los mercados, pero con avances parecidos al Ibex sólo en Iberdrola, el que menos sufrió la semana anterior (le protege su negocio exterior).
Dicho sea mientras cada empresa está en una encomienda. Francisco Reynés ha emprendido ya su revolución en GNF, sin despidos ni fichajes, como adelantó Hispanidad, con la reducción de seis a cuatro las áreas de negocio para ganar en eficiencia. Queda el plan estratégico, que presentará el 28 de junio.
Sánchez Galán, por su parte, ha perdido las opciones para contener a Enel en la puja de su filial Neoenergía por la distribuidora brasileña Eletropaulo. La italiana, como sospechaba, ha disparado con pólvora del Rey (ha ofrecido 45,22 reales por acción frente a los 39,53 reales de Iberdrola). Borja Prado, presidente de Endesa, lo habrá celebrado, mirando desde la barrera la misma región que hizo grande a la española hasta que la italiana la vació.
Los que han zurrado hasta ahora a Nadal son los que gobiernan, por ejemplo, antinucleares
Las caídas en bolsa venían de la semana anterior, cuando el sector tembló por una posible convocatoria anticipada de elecciones, pero ha seguido porque la revisión de las tarifas de un nuevo periodo, por ejemplo, debe quedar zanjada en 2019 para empezar a rodar en 2020. Hasta ahora estaban en juego 250 millones de euros.
Las pérdidas se acumularon sobre todos los afectados -también Red Eléctrica y Enagás- con un recorte de 2.700 millones a su valor en bolsa la pasada semana a los que se acumulas los de la siguiente, en la misma línea.
El mensaje del hasta ahora ministro era claro en su propósito de rebajar en 250 millones las retribuciones en los sistemas eléctricos y de gas, para ahorrar 190 millones de euros al Estado en el primero y de 50 en el segundo, como había explicado a los diputados en la Comisión de Energía. Ahora todo queda en suspense.
Pasa la pelota así de los movimientos de consolidación pendientes en el sector -reanimados con la OPA de los chinos de Tres Gargantas a la portuguesa EDP-, a la incertidumbre política. Es también la duda del sector del automóvil, como se ha visto esta semana en la presentación del balance de 2017. La razón del vicepresidente de Anfac, Mario Armero, es contundente: la transición energética no es posible sin la industria el motor. La fiscalidad actual, por ejemplo, es obsoleta.
La bolsa es un termómetro de la inquietud: los inversores prefieren seguridad, la que no ven
Claro que si pensamos en las reformas pendientes, la amenaza a la estabilidad es mucho mayor, aunque la principal preocupación para las eléctricas esté en sus ingresos. Siempre es tentador echar mano a los costes regulados para quitarse un problema de encima. Ha sido también uno de los mensajes parlamentarios del PSOE y, especialmente, de Podemos.
Esos dos partidos, además, están en contra de la energía nuclear, aunque ahora se tendrá que medir antes los imponderables de Nadal en el mix energético, imposible de cuadrar sin esas centrales, como ha recordado la Comisión de Expertos para la transición energética. Del dicho al hecho, va un gran trecho.
En Podemos está fuera de toda duda, en el PSOE ha estado más claro desde el acceso a la presidencia del partido de Cristina Narbona, y en está en la presidencia de ese partido.
Esta semana se han conocido las pérdidas de las centrales nucleares de Iberdrola, que dan la razón a Galán frente a Nadal, inflexible hasta ahora para reducir la fiscalidad y evitar un negocio con amenaza de ruina. Claro que la amenaza ahora es más profunda.
Fue más que un síntoma, en ese sentido, la caída en bolsa de las eléctricas el jueves tras el anuncio de Pedro Sánchez de que suprimirá el impuesto al sol, (el peaje para los autoconsumidores con más de 10 kilovatios contratados por mantenerse unidos a la red eléctrica), que sólo defiende el Partido Popular.
No pierdan la pista
En el entretanto, unas empresas avanzan y a otras se les complica. Uno de los últimos casos es Abengoa, tras la firma de una paz parcial con los acreedores. Sigue el suspense en la compensación a los bonistas que impugnaron la reestructuración, aunque ya tiene el consentimiento para vender el 16,5% de Atlantica Yield con términos distintos a la primera venta a Algonquin y, ojo, para liberar todos los fondos necesarios para terminar la planta mexicana A3T o Tercer Tren. Gonzalo Urquijo tendrá que aplicar el bisturí.
Otro grupo que sigue así como así es OHL, que afronta una nueva etapa… y ya está disponible para la venta. Paga la deuda, reparte dividendo, aumenta dietas… mientras su consejero delegado, Juan Osuna, no será quien la dirija por mucho tiempo. Volverá a México en cuanto cobre los 18 millones de euros. Mientras, Villar Mir ha pasado de grupo industrial a sociedad patrimonial. El problema de la deuda (790 millones) está encauzado: los activos valen 2.200 millones de euros.
A Planeta, su polémica inversión en el Sabadell le ha costado 400 millones y ha provisionado otros 130 con cargo al último ejercicio. Tras esa operación, la deuda de la familia Lara en Planeta y Hemisferio suma 1.150 millones. La sociedad patrimonial ha reducido la carga de 680 a 650 millones y el grupo editorial de 700 a 500 millones.