Más problemas para Ignacio S. Galán, presidente ejecutivo de Iberdrola, dentro de su fuerte apuesta por las energías renovables, convirtiéndolas en un producto financiero... y sacando jugosas plusvalías. Ahora la Fiscalía ve prevaricación en la construcción de la planta fotovoltaica Núñez de Balboa, que pretendía que fuera la sustituta de la central nuclear de Almaraz.

El Ministerio Público pide 12 años de inhabilitación para empleo o cargo público para el exalcalde de Usagre, el pepero Antonio Luna, y la ex primera teniente de alcalde, la pepera María Dolores Esteban. Ambos deberán sentarse en el banquillo, acusados de prevaricación en la concesión de la licencia urbanística de dicha planta fotovoltaica, una de las más grandes de Europa y que fue construida en el tiempo récord de un año por Eiffage Energía en el municipio de Usagre (Badajoz). Además, la Fiscalía solicita 21 meses de cárcel y una multa de 2.700 euros por la acusación de falsedad en documento oficial cometida por Andras Hilkermann, administrador de Proyecto Núñez de Balboa S.L. Esta empresa es propiedad de José Luis Joló Marín y de Hilkermann, y fue la que pidió las primeras licencias al Ayuntamiento de Usagre y una vez logradas, vendió los derechos de la planta fotovoltaica a Iberdrola, aunque fue socia de la eléctrica en la puesta en marcha de la planta y de la línea eléctrica indispensable para su funcionamiento. Al final la eléctrica que dirige Galán adquirió dicha sociedad en el año 2018. 

No es el primer problema judicial relacionado con la planta fotovoltaica Núñez de Balboa para Iberdrola: una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura le obliga a la eléctrica a desmantelar 1,4 millones de paneles solares que funcionan desde 2020 y producen 500 megavatios, devolviendo los terrenos (el 80% de las hectáreas ocupadas)

No es el primer problema judicial relacionado con la planta fotovoltaica Núñez de Balboa para Iberdrola. Dicho activo ya fue objeto de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura el año pasado, que obliga a la eléctrica a desmantelar 1,4 millones de paneles solares que funcionan desde 2020 y producen 500 megavatios, devolviendo los terrenos (nada más y nada menos que el 80% de las 1.000 hectáreas ocupadas por los paneles) a su verdadero dueño (Santos Lázaro Arias). Al parecer, ha habido una expropiación irregular, pues la compañía tenía un acuerdo con el propietario en régimen de alquiler durante 25 años. Á día de hoy, la planta Núñez de Balboa sigue en funcionamiento y sin licencia de actividad, según El Mundo, pese a que el Ayuntamiento de Usagre ordenó el 9 de agosto de 2021 su cierre inmediato al carecer de permiso. Ahora la abogada Dorinda Aventin, en representación del dueño de los terrenos, presentará una nueva denuncia contra las principales autoridades de la Junta de Extremadura (entre ellas, su presidente, el socialista Guillermo Fernández Vara) y los responsables de la eléctrica (incluido el propio Galán), por omisión de funciones y favorecer actuaciones ilegales de terceros. 

En paralelo, recuerden que Galán ha convertido las renovables en un producto -y en un mercado- financiero, contribuyendo al fuerte apetito por estas energías que hay en España… y sacando jugosas plusvalías con la venta de algunos activos para poder seguir financiando las millonarias inversiones de Iberdrola. Sin embargo, no siempre ha pensado bien de las renovables: en 2010, advertía que si no se quería “incrementar sustancialmente el precio de la electricidad, es necesario demorar el crecimiento de las tecnologías más inmaduras: la termosolar y la fotovoltaica, que además aportan poca energía”, y también se refería a la tecnología solar como “producto financiero”, o sea, especulativo. Más tarde, en octubre de 2013, decía que “las termosolares y fotovoltaicas cuestan 5.000 millones de euros en primas y sólo suponen el 5% de la producción de energía”. En esa ocasión aludía a las generosas ayudas que concedía en masa José Luis Rodríguez Zapatero y que dispararon el déficit de tarifa a casi 30.000 millones, el cual aún tardaremos años en liquidar (en 2021 cerró en 12.182 millones) y encima al ser una deuda financiera hay que abonar también los intereses.

Galán ha pasado de criticar las renovables y entre ellas, la fotovoltaica, a lucrarse de que este “producto financiero”. Es más, considera que la planta Núñez de Balboa como sustituta de la central nuclear de Almaraz. Esta se ha reivindicado ante Ribera, pues aunque cerrará entre 2027 y 2028, si no hay cambios,... ¡está preparada para funcionar más tiempo!

Posteriormente, en noviembre de 2016, Galán criticó que el desarrollo fotovoltaico ha sido demasiado rápido y caro, añadiendo que “nos enfrentamos al riesgo de que esta burbuja se repita con la termosolar, una tecnología que hoy todavía es más costosa de lo que era la fotovoltaica y que se podría convertir en un producto financiero”. Pero todas estas declaraciones parece que hace tiempo que han quedado atrás, porque el ingeniero salmantino se ha convertido en seguidor de todas las renovables: así en marzo de 2019 llegó a referirse a la energía solar como sustituta de la central nuclear de Almaraz (la cual es propiedad en un 53% de Iberdrola, en un 36% de Endesa y en un 11% de Naturgy). Nadie duda de que Galán es un genio, está ejerciendo una buena gestión y ha convertido Iberdrola en un éxito, pero ojo, es un éxito de monoproducto (sólo le gustan las energías verdes -solar, eólica e hidráulica-, y ha ido prescindiendo de sus planes en gas y ciclo combinado, y también de su potencia nuclear -cerrará sus reactores españoles-), pero en estos momentos son muchos los analistas que creen que lo mejor en el sector energético es diversificar la generación de energía. Y por cierto, conviene recordar que recientemente la central nuclear de Almaraz se ha reivindicado ante Teresa Ribera: cerrará entre 2027 y 2028, si no hay cambios,... pero ¡está preparada para funcionar más tiempo! Recuerden que la vicepresidenta ecológica insiste en cerrar los siete reactores nucleares españoles entre 2027 y 2035, pese a que generan mucha energía, de forma estable, barata y sin emitir CO2. Parece que España va camino de imitar el error de Alemania, si no hay cambios.