Ocurrió en la central nuclear de Cofrentes, en una de las residencias anexas, propiedad de Iberdrola, donde Ignacio Galán, presidente de la eléctrica tenía que pasar la noche.
Galán estaba muy preocupado porque de noche se oía un ruido que no le permitía dormir. Incluso envió a un propio para que se informara, como el catador de Nerón, de si el asunto del ruido molesto había sido solucionado. Le dijeron que sí y entonces viajó a Levante. Pasó allí la noche y se levantó con un humor de perros. Se encontró a una empleada de la residencia, a quien le dijo que el ruido no le había dejado pegar ojo. La señora respondió:
-A ver si el ruido ese lo ha traído usted en la cabeza desde Madrid.
La siguiente 'galanada' ha consistido en tildar de "tontos" a tos los que contratan la tarifa regulada, esa que ahora se ha disparado. La verdad es que el asunto tampoco era como para rasgarse las vestiduras pero en la España actual abundan los defensores del vulnerable, así que a Ignacio Galán le han dicho estos días de todo menos bonito. Ningún medio le ha defendido y muchos le han atacado.
Y entonces ha llegado la siguiente 'galanada': Iberdrola ha comunicado al diario El País que retira toda su publicidad.
No es la primera reacción de una de las empresas más capitalizadas del IBEX contra la prensa. Recientemente, Iberdrola se querelló contra El Confidencial por sus informaciones sobre el Caso Villarejo.
Curiosidad: el yerno de Ignacio Sánchez Galán es David Mesonero, director financiero de Prisa, hombre llegado desde Iberdrola precisamente cuando se dijo que la eléctrica podía convertirse en accionista de referencia de una Prisa en apuros.
Lo que está claro es que desde que la comunicación de Iberdrola se puso en manos del socialsita Antonio Carmona y José Luis Fernández (alias, Chunda) la eléctrica vice en un mundo lleno de emociones.
Consultada por Hispanidad, el grupo Prisa ha rehusado hacer cualquier comentario al respecto.