Iberdrola usa ahora a la Federación de Consumidores y Usuarios CECU, así como a Ecologistas en Acción y a Greenpeace en su guerra contra Repsol, después de que Autocontrol fallara a favor de la compañía multienergética que dirige Josu Jon Imaz. Ahora Ignacio S. Galán echa mano de algunos consumidores y ecologistas para insistir en denunciar a una competidora por lo que considera publicidad engañosa.
La Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial, más conocida como Autocontrol, ha estudiado y ha resuelto sobre la reclamación interpuesta por Iberdrola contra Repsol, en relación a la publicidad de esta última sobre sus nuevos combustibles 100% renovables. Y lo ha hecho a favor de Repsol, al desestimar la reclamación de Iberdrola Clientes, y además, ha impuesto a esta última el pago de las tasas que eventualmente pudieran devengarse ante Autocontrol por la tramitación del procedimiento, como recoge el fallo de la Sección Primera del Jurado de Autocontrol emitido el pasado 4 de abril.
Autocontrol ha destacado que Repsol, con carácter previo al lanzamiento de la campaña, “y para asegurarse el cumplimiento legal y deontológico de su publicidad” acudió al Gabinete Técnico de Autocontrol Copy Advice y obtuvo “el correspondiente informe positivo respecto a la publicidad reclamada” por parte de Iberdrola
La eléctrica reclamó ante Autocontrol aludiendo a que Repsol hacia publicidad engañosa sobre sus combustibles 100% renovables, en contra de la norma 14 del Código de Autocontrol, pero le ha salido el tiro por la culata. Entre otros aspectos, reclamaba que la alusión renovable podía extenderse a toda la compañía y que no ofrecía información sobre la utilización de dichos combustibles. Autocontrol ha destacado que Repsol, con carácter previo al lanzamiento de la campaña, “y para asegurarse el cumplimiento legal y deontológico de su publicidad”, acudió al Gabinete Técnico de Autocontrol Copy Advice y obtuvo “el correspondiente informe positivo respecto a la publicidad reclamada”.
El Jurado de Autocontrol ha analizado los pantallazos aportados por Iberdrola sobre la competencia y ha descartado que la alusión a 100% renovable pueda ser extendida a todo el grupo Repsol por parte del consumidor, porque en uno aparece junto al anuncio de que dichos combustibles están disponibles en más de 50 estaciones de servicio y a final de año en 600; y en otro se habla directamente de combustibles 100% renovables por lo que no hay lugar para la confusión. Sobre la calificación de dichos combustibles, Autocontrol ha señalado que Iberdrola no ha aportado ninguna prueba que permita ponerlo en duda, mientras Repsol ha acreditado que estos combustibles a base de residuos orgánicos “cumplen los requisitos de la directiva de Renovables “RED” y el Real Decreto 376/2022 por el que se regulan los criterios de sostenibilidad y de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de los biocarburantes, biolíquidos y combustibles de biomasa, así como el sistema de garantías de origen de los gases renovables”. Asimismo, ha subrayado que no considera exigible al anunciante incorporar más información sobre los requisitos de sostenibilidad y que en la publicidad incluye un código QR y un enlace a una página web donde ofrece más información. Y en relación al consumo de los combustibles renovables, Iberdrola afirmaba que es entre un 50% y un 100% superior al combustible tradicional sin aportar ninguna prueba específica, mientras Repsol ha referido ensayos experimentales y ha aportado un estudio experimental realizado por Applus Idiada donde se concluye que “el uso del combustible promocionado lo incrementaba únicamente en 0,2 litros cada 100 km de media”.
Iberdrola ha quedado bastante mal en su reclamación ante Autocontrol y parece que se lo temía, porque llegó a llevar su denuncia contra Repsol por competencia desleal y publicidad engañosa, acusándole de greenwashing, ante los tribunales: en concreto, ante el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Santander. Pero como en justicia, al igual que en palacio, las cosas van despacio, la eléctrica ahora echa mano de la Federación de Consumidores y Usuarios CECU, Ecologistas en Acción y a Greenpeace (aunque de esta se puede poner en duda su carácter verde porque vende gas en Alemania) en su guerra contra Repsol. Estas tres entidades han presentado denuncias contra la empresa liderada por Imaz ante la CNMC y ante la Dirección General de Consumo (la cual depende del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 que lidera Pablo Bustinduy) por publicidad engañosa. Lo han hecho, tras la investigación que han realizado entre 2022 y 2023 y que se centra en el impacto de la actividad de Repsol sobre la deforestación en Indonesia y su contribución al aumento de las emisiones. Estas organizaciones de consumidores y ecologistas apuntan que España es el principal importador de aceite de palma de Indonesia y el mayor productor de biocombustible en la UE, y que Repsol es uno de los importadores de dicho aceite de palma y con este produce biodiésel, aunque sin aportar pruebas. Hasta el momento, Repsol ha elevado su apuesta por los combustibles renovables al comprar el 40% de tres plantas de Bunge y ha referido que los produce a base de residuos orgánicos, como: aceite de cocina usado, podas agrícolas, excedentes de purines, biomasa forestal, aceite de pirólisis, etc.
No olviden que a la guerra de Iberdrola contra Repsol se ha llegado a unir la vicepresidenta ecológica, Teresa, Ribera. Eso sí, desde la compañía atacada ha respondido Imaz enfrentándose directamente con ambos y llegando a acusar a Ribera de desindustrializar España. Por si esto no bastara, el pasado lunes 15, Imaz ha vuelto a responder a Ribera y Galán: “Pediría mesura y tranquilidad a todos los que nos critican”. Asimismo, ha señalado que en descarbonización “España está haciendo sus deberes”, pues ha reducido sus emisiones de carbono un 10,5% entre 2018 y 2022, pero Repsol lo ha hecho un 27,4%, o sea, 2,5 veces. Un rato después, en el mismo evento (el Wake Up, Spain! organizado por El Español, Invertia y Disruptores), el CEO de Iberdrola España, Mario Ruiz-Tagle, se mostró fiel a Galán... y a Ribera, sobre la transición verde: “Hay que separar a qué velocidad va Iberdrola y a qué velocidad van otros”.
En el fondo de esta guerra de Iberdrola contra Repsol subyacen dos aspectos a tener en cuenta. Por un lado, la pérdida de clientes por parte de la primera y el aumento de los mismos en la segunda. Y por otro lado, el hecho de que a la eléctrica le preocupa el auge de los combustibles renovables, un negocio en el que no está presente, pero Repsol sí, y encima esta última lo combina con su apuesta por la movilidad eléctrica con el objetivo de contribuir a descarbonizar todo el transporte.