Por fin: ocurrió un 4 de mayo de 2022. La Reserva Federal norteamericana, el banco central de Estados Unidos, subía el precio oficial del dinero en cincuenta 'céntimos porcentuales", hasta situarlo entre el 0,75 y el 1%.
Pero lo importante no es que Estados Unidos suba los tipos un 0,50: lo importante es que retirará capital por 45.000 millones de euros. En concreto, 'dejará de comprar' deuda pública por por cerca de 30.000 millones de euros y dejará de alentar la especulación financiera con la compra continúa de titulizaciones, uno de los instrumentos más degradantes de los mercados financieros.
Si el dinero no vale nada, es que nada vale nada: los precios se disparan y los salarios pierden valor
En definitiva, la FEC retira, drena, dinero del mercado y lo hace cuando aún no ha concluido el año del quincuagésimo aniversario del desgraciado momento en el que don Richard Nixon terminó con el patrón oro (agosto de 1971) y el mundo se convirtiera en un océano de liquidez.
Comienza así una nueva era económica -nuestra espléndida Christine Lagarde se verá obligada a seguir la estela de Powell- donde se identificará valor y precio y donde los políticos más irresponsables de toda la era moderna tendrán que reflexionar.
Sí, valor y precio, aquello que confunde el necio, porque lo peor de fabricar dinero a mansalva es que los precios de productos, y el valor de rentas y salarios se devalúa de continuo, siguiendo la ley económica más antigua de todas: la ley de la oferta y la demanda. Eso, por no hablar de la inflación que provoca... y que es la que ha encendido todas las alarmas y finiquitado la era del dinero en negativo.
Por decirlo así: si el dinero no vale nada, es que nada vale nada: los precios se disparan y los salarios pierden valor. ¿No nos damos cuentas de que nuestros padres cobraban menos y no se sentían tan agobiados a fin de mes? Es peligroso que cualquier mercancía se devalue, pero si es el dinero lo que se devalúa entonces tenemos un problema grave. Por ejemplo, de inflación estructural.
Ejemplo próximo: ¿cómo se ha mantenido en el poder, durante ya cuatro años, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, con una política económica en la que la producción importa poco y la subvenciones para mantener el voto cautivo, mucho? Pues la respuesta es clarísima: gracias a la emisión infinita de deuda pública, a precios de risa, incluso negativos... no porque el mercado adore la consistencia financiera del Reino de España sino por que el Banco Central Europeo (BCE) le compraba todo el bono español que se emitiese.
Por eso, de las dos medida tomadas por la FED el miércoles, la retirada de compras de bono público o de titulizaciones privadas es decirle al mundo que se acabó la trampa del dinero fácil y ahora cada palo debe sostener su vela
Insisto, ¿esto es bueno para España? A corto plazo no, resulta demoledor. Pero a medio plazo los políticos irresponsables, del tipo Sánchez, no endeudarán a los españoles por varias generaciones. Y eso será muy bueno.
Es el principio de una nueva era económica que nos devuelve a la sensatez. Pero ojo, la transición puede resultar dura. Por ejemplo, para España.