Indra ha publicado en la mañana del día de hoy, 30 de julio de 2024, sus resultados a cierre del primer semestre de 2024. Antes de examinar el maravilloso mundo bursátil, adelantamos que el resultado neto del grupo ha evolucionado positivamente entre el primer semestre de 2023 y el mismo semestre de 2024, pasando de 89,7 millones de euros a 114,4 millones de euros, es decir, un 27,4% en términos interanuales.

Sin embargo, el mercado no ha visto con buenos ojos los resultados, entiendo que esperaba más o que al igual que ha ocurrido en Venezuela, el mundo está alicaído. Hasta el momento de la realización de este artículo, la publicación de los resultados ha tenido un impacto muy negativo en su cotización desde el cierre de la sesión del día de ayer, apreciándose el mayor decremento intradía visto a lo largo del último mes. El precio de la acción cerró la sesión de ayer en 19,2 euros y en el momento de la realización de este artículo, se ha situado en los 18,48 euros, lo que se traduce en un decremento porcentual del 3,72%. En el último mes, el descenso intradía que ha reflejado el precio ha sido del 2,5%, desde el cierre de la sesión del 8 de julio de 2024 al día siguiente. Este hecho es un fiel indicativo de que el mercado ha reconocido como malos, o muy malos, los resultados obtenidos por el conglomerado empresarial en el primer semestre de 2024. 

Ya dentro del análisis fundamental del grupo, este empieza su presentación mencionando que la cifra de su cartera de pedidos sigue evolucionando positivamente, hasta situarse en los 7.200 millones de euros, un 5% por encima de la cifra a cierre del primer semestre de 2023. Impulsada principalmente por su división de tecnología Minsait, la cual ha incrementado su cartera en un 20% en igual comparativa.

Seguimos bien. Su facturación, ingresos ordinarios, a cierre del primer semestre de 2024 ha crecido en un 14,5% respecto al cierre del mismo semestre de 2023, variando desde los 2.011 millones de euros hasta llegar a los 2.304 millones de euros. Especialmente impactada por el incremento porcentual en igual comparativa de la división ATM (división de gestión de tráfico aéreo) y Defensa, del 33% y del 31% respectivamente. Ya saben, otro conglomerado empresarial claramente intervenido, con un 28% de su participación a través de la SEPI, y, por ende, favorecido, por nuestro “querido” Gobierno. Que sería de algunos de los principales conjuntos empresariales de nuestro país si no fuera por el apoyo estatal.

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En relación con la capacidad de generar recursos del grupo, analizada a través del EBITDA, Indra ha reflejado su buen hacer en la gestión, al haber incrementado en mayor medida sus ingresos en términos absolutos que sus gastos recurrentes. En el primer semestre de 2024, el EBITDA ha aumentado respecto al primer semestre de 2023 y con especial significatividad si la comparamos con la cifra obtenida en períodos anteriores donde estaba muy presente la pandemia como en 2020, en el que el EBITDA fue de 77 millones de euros. Así, el EBITDA del grupo a cierre de los primeros seis meses de 2024 ha alcanzado los 230 millones de euros, suponiendo un incremento del 22% respecto a la misma cifra a cierre del primer semestre de 2023, que fue de 188 millones de euros. Un incremento porcentual superior al obtenido por los ingresos, lo que indica que el grupo ha sufrido un aumento de márgenes durante el período. 

Finalmente, vayamos con el balance del conjunto empresarial, poniendo el foco en la significativa partida de deuda que mantiene con las entidades. Indra ha venido utilizando una estrategia muy habitual en el mundo empresarial para generar liquidez, reducir la deuda a corto plazo con entidades bancarias a cambio de incrementar su deuda a largo plazo con las mismas. Sin embargo, esta tendencia ha cambiado en el primer semestre de 2024 respecto al mismo semestre de 2023, principalmente por la mayor generación de efectivo operativo y por el incremento del coste de su deuda en igual comparativa. Periodo en el que el conjunto empresarial ha decidido disminuir sobremanera su deuda a largo plazo y aumentar levemente su deuda a corto plazo. Ello debido principalmente a que el grupo ha entrado en pánico, aunque suene muy fuerte, debido al aumento significativo del coste medio de su deuda debido al incremento del Euribor en el escenario de la Eurozona. Este ha tenido una evolución positiva, aunque no para el conglomerado empresarial como hemos visto, del 1,5% en igual comparativa, pasando del 2,8% al 4,3%. Por ello se ha visto obligado a reducir sobremanera el endeudamiento a largo plazo con su principal acreedor, el financiero, en 130,5 millones de euros, hasta los 348,6 millones de euros. 

Conclusión: los resultados obtenidos por Indra en el primer semestre de 2024 han sido buenos, más aún si los comparamos con los obtenidos por el grupo a cierre del primer semestre de 2023. Todavía seguimos sin entender, el descenso de su precio de cotización desde el cierre de mercado del día de ayer hasta el momento de la realización de este artículo. Asimismo, el conjunto empresarial ha disminuido su deuda a largo plazo mantenida con las entidades financieras en igual comparativa.

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