La inflación continúa en niveles inéditos desde 2017. En junio alcanzó el 2,6% según el dato adelantado este martes por el INE, una décima inferior al registrado en mayo, principalmente por la moderación del precio de los carburantes y los combustibles. No se emocionen: no es que hayan bajado de precio, es que han subido menos respecto a junio de 2020.
En tasa mensual, el IPC de junio avanzó un 0,4%, una décima menos que en mayo, y es el cuarto mes consecutivo en tasa positiva.
En definitiva, el 2,6% de junio -dato que tendrá que ser confirmado por el INE en dos semanas- mantiene a la inflación por encima del objetivo del 2% establecido por el BCE. Si la tasa continúa en niveles tan elevados, no sólo en España sino en el conjunto de la eurozona, el BCE no tendría más remedio que subir los tipos de interés para moderar esa subida de precios. Y las consecuencias de esa subida de tipos serían desastrosas para las arcas públicas de nuestro país. Según cálculos de la AIReF, si los tipos subieran un 1%, el Reino de España tendría que pagar 15.000 millones de euros más al año, solo en intereses.
Pero tranquilos, porque desde el BCE aseguran que este repunte de la inflación es temporal, como consecuencia del rebote de los precios tras la caída experimentada durante los peores meses de la pandemia. Ya veremos.