El Informe de Coyuntura del FMI, presentado hoy martes, no es muy optimista respecto a la economía mundial. Sin hablar directamente de estancamiento considera que el crecimiento económico no es para tirar cohetes y que, aunque la amenaza de la inflación ya no es tan acuciante como un año atrás, la verdad es que las perspectivas no están para castañuelas.

Para España, continúa el gran espejismo del crecimiento enorme de nuestro PIB. En efecto, creceremos un 2,9% en 2024 frente a un conjunto de economías desarrolladas que sólo lo harán en el 1,8 e incluso cerca del crecimiento económico medio mundial se situará en un 3,2%.  

 

Ahora bien, como aclaraba FUNCAS, ese gran crecimiento del PIB español tiene dos peros. El primero es que en un 60% ese crecimiento es del sector público, en definitiva es gasto público y deuda pública. Lo segundo, sencillamente, es que somos más, no por la natalidad, sino por la emigración y, por tanto, producimos más. Y así, el crecimiento del PIB española espléndido con Sánchez, resulta que es deprimente cuando se mide por individuo. El PIB per capita sólo ha aumentado un 0,8% en seis años. En definitiva que la economía española va muy bien pero la economía de los españoles va peor y, por ejemplo, mientras creamos cienes y cienes de puestos de trabajo, más bien contratos de trabajo y casi siempre en el sector público, resulta que Sánchez nos ha colocado en el primer puesto en desempleo de toda la Unión Europea y de toda la OCDE

Vamos que somos cada día más pobres y cada día más vagos... y no es por gusto, oiga.