El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado hoy los datos adelantados de la inflación del mes de septiembre, que en tasa anual ha ascendido nada menos que hasta el 3,5% (frente al 2,6% de agosto), debido al incremento de los precios de la electricidad y los carburantes.
Mientras que en lo que respecta a la inflación subyacente (la inflación que no tiene en cuenta los productos energéticos ni los alimentos frescos), se quedó nada menos que en el 5,8% (frente al 6,1% de agosto).
En tasa mensual (septiembre sobre agosto), el IPC aumentó un 0,2%. De su lado, la tasa de variación anual del IPCA se sitúa en el 3,3%, nueve décimas por encima de la registrada el mes anterior.
La novedad es que el INE incluye en esta información la subida de los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas, nada menos que hasta el 10,5% en tasa interanual. Y un ejemplo paradigmático y ciertamente preocupante: el precio del aceite de oliva se disparó en septiembre un 67% respecto al mismo mes de 2022, su mayor subida interanual en 21 años, y aumentó un 10,1% respecto al mes de agosto.
Pero hay más ejemplos de subidas de los precios de los alimentos en tasa anual. Aceites y grasas (41,9%). El azúcar (+40,5%); las patatas (+15,2%); carne de porcino (14,4%). Agua mineral, refrescos y zumos (12,7%). Otros preparados alimenticio (12,7%). Leche (11,9%). Preparados de legumbres y hortalizas (11,8%). Legumbres y hortalizas frescas (11,6%). Huevos (11,5%).
Y con estos datos, el Ministerio de Asuntos Económicos ha tenido el cinismo de subrayar: “España lleva más de un año entre los países con menor Inflación y mayor crecimiento de toda la zona euro”. “En un contexto inflacionario en toda Europa, España se consolida como uno de los países de la zona euro con una menor inflación tras bajarla casi 5,5 puntos en el último año”.