Primero la noticia: el ICO italiano, Cassa Depositi e Prestiti (CDP), junto al fondo australiano Macquarie, ha lanzado una oferta por la red fija de Telecom Italia, incluida su participación en Sparkle, el cable submarino, por 20.000 millones de euros, la misma cantidad que ofreció KKR a principios de febrero.

El movimiento de CDP -o sea, del Gobierno italiano- tiene todo el sentido del mundo, porque estamos hablando de una infraestructura crítica de telecomunicaciones que, si CDP no hace nada, podría terminar íntegramente en manos del fondo norteamericano.

Se da la circunstancia de que CDP, además, es accionista de Telecom Italia con un 9,8% del capital, solo por detrás de la francesa Vivendi (23,7%) que, por cierto, habría valora el negocio de la red fija en unos 30.000 millones de euros.

Sea como fuere, la oferta del Ejecutivo de Giorgia Meloni pone de manifiesto la necesidad de mantener la titularidad pública de las infraestructuras estratégicas del país y evitar, en cualquier caso, que terminen en manos de fondos extranjeros que lo único que buscan es obtener la máxima rentabilidad posible a su inversión.