El diputado de Vox, Rubén Manso, ha explicado en Hispanidad las consecuencias de la medida de Nixon, tomada ahora hace 50 años, para ser exactos un 15 de agosto de 1971, consistente en terminar con la convertibilidad del oro en dólar. Mejor repasen su artículo, por lo que tiene de más pedagógico, que el mío.
Ahora bien, el aniversario coincide con la nueva reunión de Jackson Hole, donde los gobernadores de bancos centrales se reúnen en el más poderoso aquelarre del año y deciden qué van a hacer todos al mismo tiempo.
El exceso de dinero devalúa la producción, el trabajo… y el capital
Porque cincuenta años después aún vivimos atados por la ocurrencia de Nixon. Sus motivos de entonces los tenemos claros, hoy más que ayer, pero no sé si tenemos tan claras sus consecuencias.
Acuérdense de Homer Simpson, metido a consultor matrimonial: la comunicación, ese es el problema de los matrimonios de hoy… “demasiada comunicación”. Pues esto es lo mismo que ocurre con la economía, cuyo gran problema actual es el dinero… demasiado dinero corriendo por el mundo. Y la cantidad de dinero en circulación se reproduce a la velocidad de la variante del virus Covid. No, el problema no es de exceso de comunicación sino de exceso de dinero como solución a todos los problemas económicos. El economista y diputado de Vox, Rubén Manso, titulaba: “Hoy se cumplen 50 años desde que Nixon acabó con el patrón oro: en Occidente, los déficits públicos son ya permanentes”. Es la primera conclusión, obvia y temible, tras la supresión del patrón-oro por Richard Nixon, pero me temo que hay otra peor, mucho más temible de la estúpida decisión de Nixon en 1971 y que, en supremo sarcasmo iba a resultar una medida transitoria… que ya ha cumplido los 50 años de edad.
La solución: reducir el capital a lo que siempre fue: un instrumento de intercambio de bienes y servicios. Ni un euro más de lo estrictamente necesario. Es decir, volver al patrón-oro
En resumen, vivimos en la economía de la mentira: 50 años de océano de liquidez y ahora, el bitcoin, que amenaza con duplicar o triplicar la cantidad de dinero en circulación. Luis de Guindos asegura que hay que evitar que el bitcoin sirva para blanquear dinero. Ese es casi el menor de nuestros problemas. El mayor es la existencia misma de una nueva fuente de liquidez, bestial, y sin otra referencia que una fórmula matemática supuestamente creada por un anónimo profesor chiflado.
El economista y diputado de Vox, Rubén Manso, titulaba: “Hoy se cumplen 50 años desde que Nixon acabó con el patrón oro: en Occidente, los déficits públicos son ya permanentes”
La crisis de 2008 (especulación) y la crisis de 2020 (deuda) son los preámbulos hacia la madre de todas la crisis: la crisis de exceso de liquidez.
El exceso de dinero devalúa la producción, el trabajo… y el capital. Sólo hay una solución, reducir el capital a lo que siempre fue: un instrumento de intercambio de bienes y servicios. No fabricar ni un euro más, real o virtual, de lo estrictamente necesario. Es decir, volver al patrón-oro.