Johnson & Johnson quiere cerrar el caso de los polvos de talco que causaron cáncer cuanto antes y para ello tira de chequera. Ofrece 8.900 millones de dólares (unos 8.130 millones de euros al tipo de cambio actual)… que pagará a los demandantes, tanto presentes como futuros, pero no de forma inmediata, sino durante 25 años.
El gigante de productos de gran consumo y farmacéuticos continúa sin reconocer los hechos ni las supuestas irregularidades ni tampoco su responsabilidad. “Nuestra posición sobre la seguridad de nuestro talco cosmético sigue sin cambiar. Defendemos firmemente las décadas de análisis científicos de expertos médicos de todo el mundo que confirman que el polvo de talco para bebé Johnson’s es seguro, no contiene asbesto y no provoca cáncer”, ha referido en más de una ocasión. “La compañía sigue creyendo que estas afirmaciones son engañosas y carecen de mérito científico”, ha señalado Erik Haas, su vicepresidente mundial de litigios, en un comunicado. “Sin embargo, como reconoció el tribunal de quiebras, resolver estos casos en el sistema de responsabilidad civil llevaría décadas e impondría costos significativos a LTL (una filial de Johhson & Johnson) y al sistema”, ha añadido, como recoge la CNN.
El gigante de productos de gran consumo y farmacéuticos sigue sin reconocer los hechos ni las supuestas irregularidades ni tampoco su responsabilidad: “Nuestra posición sobre la seguridad de nuestro talco cosmético sigue sin cambiar”
El caso de los polvos de talco cancerígenos se remonta a finales de 2018, cuando una investigación de Reuters reveló que su polvo de talco estaba contaminado con asbesto (mineral de composición y caracteres semejantes a los del amianto y con efectos nocivos para la salud) que provocaba cáncer, algo que la multinacional habría ocultado a reguladores sanitarios y al público en general. Unos meses después, fue condenada a pagar 325 millones a una mujer que desarrolló cáncer por esos polvos de talco. En mayo de 2020, retiró el polvo de talco para bebés en EEUU y Canadá, y el pasado agosto, cuando afirmaba tener 38.000 demandas, anunció que en 2023 procedería a retirar dicho producto del mercado en todo el mundo.
Johnson & Johnson concentró en la filial LTL Management las posibles responsabilidades de los casos relacionados con los polvos de talco que provocaban cáncer y la declaró en quiebra. El pasado enero, un tribunal rechazó otro plan con el que la multinacional quiso usar la protección por bancarrota y ofreció poner fin a multitud de procesos abiertos abonando 2.000 millones de dólares. Una sentencia del Tribunal de Apelaciones de EEUU que consideró que la filial no se encontraba en dificultades financieras y que remitió a un tribunal inferior con la instrucción de desestimarla, algo que aplaudió el bufete de abogados Beasley Allen, uno de los que está defendiendo a parte de los demandantes, y que calificó el movimiento de solicitar la quiebra de LTL de estrategema, como recoge la Agencia EFE.
Declara en bancarrota la filial LTL por segunda vez para resolver los litigios del polvo de talco, eleva la oferta y afirma que más de 60.000 demandantes han aceptado. Ahora todo depende de un juez de bancarrotas y muchos abogados critican que “este trato falso ni siquiera paga las facturas médicas de la mayoría de las víctimas”
Ahora la multinacional que tiene como CEO al español Joaquín Duato desde principios de 2022, que vio reducirse el beneficio un 14% en su primer año al mando por irse acabando el chollo de la vacuna contra el Covid, declara en bancarrota la filial LTL por segunda vez para resolver los litigios del polvo de talco y eleva la oferta realizada en enero a 8.900 millones de dólares (unos 8.130 millones de euros), y afirma que más de 60.000 demandantes han aceptado estos términos, que ahora dependen de un juez de bancarrotas. Claro que muchos abogados han criticado la propuesta: “Este trato falso ni siquiera paga las facturas médicas de la mayoría de las víctimas”, ha afirmado Jason Itkin, socio fundador de la firma de abogados de lesiones personales Arnold & Itkin LLP, como informa la CNN, añadiendo que dichos costos médidos pues oscilar “entre 140.000 y más de 1,4 millones de dólares por víctima en casos de cáncer de ovario. Los costos del mesotelioma son aún más altos”.
El tema de los polvos de talco cancerígenos no es el único caso judicial que afronta Johnson & Johnson en los últimos años y se suma a los efectos del Risperdar, un defectuoso implante vaginal o la crisis de los opiáceos
Si hay suficientes demandantes aceptan el acuerdo, Johnson & Johnson se liberaría de tener que defenderse de más acusaciones sobre el caso, ha referido Bloomberg, recordado que hasta ahora docena de jurados han dado la razón a los demandantes e incluso la corte suprema de EEUU obligó a la multinacional a pagar 2.500 millones de dólares a un grupo de 20 mujeres por causarles cáncer de ovario.
Cabe destacar que en Europa las indemnizaciones por casos similares suelen estar tasadas, mientras que en EEUU no y la cantidad la decide un juez. Claro que el tema de los polvos de talco cancerígenos no es el único que afronta Johnson & Johnson en los últimos años: en octubre de 2019 tuvo que pagar 8.000 millones de dólares por los efectos del Risperdal, un medicamento que hincha el pecho de los hombres; un mes después perdió una demanda colectiva en Australia por su defectuoso implante vaginal; y también ha participado en la crisis de los opiáceos (causada por medicamentos contra el dolor que creaban adicción y han provocado cientos de miles de muertes por sobredosis en EEUU) junto a otros grandes distribuidores de medicamentos.
Y por cierto, la multinacional también ha apostado por el ‘esquema Villalonga’ (el mismo que Juan Villalonga puso en marcha cuando presidía Telefónica, bajo el principio infundado y muy anglosajón, de que la suma de las partes vale más que el todo). En noviembre de 2021 anunció que se dividirá en dos compañías… y por supuesto, cotizarán en bolsa: en concreto, una dedicada al negocio farmacéutico y otra a los productos de gran consumo.