Para Pedro Sánchez, el mundo se termina en las próximas elecciones generales. No piensa en el día siguiente a las urnas, porque lo que importa es que al día siguiente él continúe en Moncloa o, por el contrario, le ceda el testigo a Feijóo. Y, por el momento, Sánchez lo tiene difícil. Pero hasta ese día de noviembre o diciembre necesita a El País y a la SER funcionando a pleno rendimiento propagandístico, bajo el timón de Miguel 'Cubanino' Barroso

Porque no olviden que la gestión de la empresa PRISA la lleva su presidente y primer accionista, Joseph Oughourlian. Pero el aparato de propaganda Sanchista en lo que se ha convertido tanto el diario como la cadena de emisoras -¡quién te ha visto y quién te ve- es cosa de la curiosa división de funciones: el exsecretario de comunicación de Rodríguez Zapatero, todopoderoso Barroso, se entromete en cuestiones de empresa pero sólo a la búsqueda de socios o de despidos. Ante todo, es el comisario político del grupo, el director editorial de la casa. Manda en todo pero, sobre todo, en los contenidos. Es más, se ha empeñado en prescindir del presidente de PRISA Media, Carlos Núñez, aunque le han recomendado que en tiempos de tribulación no hacer mudanzas

Según fuentes de la propia Moncloa, el día después el conjunto de PRISA podría venderse a Vivendi con toda paz. 

Ahora bien, Joseph Oughourlian, de Amber capital, presidente de PRISA y propietario del 30% del capital, ha perdido, según fuentes de la propia PRISA, cerca de 500 millones de euros en PRISA. 

A cambio, en Moncloa le prometieron facilitarle un gran pelotazo en la tecnológica Indra, cuya solución final se retrasa día a día en el seno del Gobierno, perdón, del Consejo de Administración.

En Indra, Oughourlian apostaba por la escisión entre Minsait (sobre todo tecnología de la información) y Defensa. Era la manera idónea de dar un pelotazo con su 5%. Pero ahora, el presidente, Marc Murtra, ya no habla de escisión sino de mantenerse al frente de una compañía plural.

En definitiva, Moncloa abandona a Oughourlian... en PRISA y en Indra. Sabe que este no puede vengarse, primero porque controla la gestión de PRISA, no la redacción de PRISA, y segundo porque no es tan fácil. Puedes comprar un medio en una tarde pero no conseguirás que en una tarde la redacción cambie los contenidos, Y menos mal que así es.

En definitiva, aunque Oughourlian pretenda que El País y la SER dejen de ser el descarado aparato de propaganda de Pedro Sánchez ya no puede hacerlo No es su cometido. Ahí manda Miguel 'Cubanino' Barroso.

Y encima, Moncloa ya le ha dejado claro a Oughourlian que no tiene obligación alguna de propiciarle un pelotazo en Indra. Él amenaza con hacerse con el control mayoritario de Indra pero sabe que eso es un farol demasiado gordo: el Estado controla directamente un 28% del capital y al Consejo ya le ha traicionado varias veces. Ni la CNMV le permitiría otra burrada como la de cesar a cuatro consejeros independientes en plena Junta.

Además, si un día hay que prescindir de Oughourlian, Moncloa tiene ya el relevo: Vivendi. Y en cualquier caso, quién sabe quién ganará las elecciones. 

En paralelo, se han reanudado las negociaciones entre PRISA y Mediaset para la compra de la cadena de radio por los italianos. ¿Por qué? Porque no se vende lo que se quiere sino lo que se puede, lo que es vendible. No creo que se llegue a un acuerdo porque los italianos se empeñan en quedarse con la SER sin poner un euro pero tampoco olvidemos que PRISA continúa en quiebra técnica y que cada mes hay que pagar las nóminas.

En cualquier caso, está claro que el activista Oughourlian ha dejado de ser un elemento activo para La Moncloa.