Este martes, en Arteixo (La Coruña), Marta Ortega Pérez (40 años) ha afrontado su tercera Junta de Accionistas como presidenta no ejecutiva de Inditex. De nuevo, con los colores blanco y negro como protagonistas, a pesar de la amplia gama de colores que se ve en sus textiles. Una cita donde, junto al CEO, Óscar García Maceiras, ha hablado de legado (no se puede perder de vista que el fundador y máximo accionista del líder mundial del textil, Amancio Ortega Gaona, tiene 88 años... y aunque goza de buena salud, prepara su testamento de la propiedad), presente... y futuro. Una sucesión de la propiedad que no es sencilla; que la dirige su hombre de máxima confianza, José Arnau Sierra; y que se puede resumir en: Inditex para Marta y Pontegadea para Sandra Ortega Mera (que cumplirá 56 años el día 19 de este mes).

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Recuerden que la sucesión en la gestión ha quedado clara hace tiempo entre dos hombres clave: García Maceiras a los mandos de Inditex y Arnau Sierra al frente de Pontegadea, a la vez que mantiene la silla de vicepresidente del líder mundial del textil. 

Volvamos a la Junta. Precisamente de cara al futuro, se ha anunciado la entrada en el capital de la start up estadounidense Galy, que desarrolla fibras creadas en laboratorio a través de células de algodón, y que tiene entre sus inversores a Sam Altman, el CEO de OpenAI (la dueña de ChatGPT). De esta forma, Inditex aumenta su apuesta por las fibras sostenibles... para crear tejidos más sostenibles, como ha destacado García Maceiras.

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En su corta intervención en la Junta (exclusivamente el discurso inicial y la clausura), Marta Ortega ha destacado que “la capacidad de superación” es lo que caracteriza “el ADN de Inditex” y que ha sido clave en el complejo entorno afrontado en el ejercicio 2023. “La clave no está en inventar, sino que es la misma que nos has traído hasta aquí y es el alma de la compañía, que está llena de contrastes que la definen y la hacen fuerte”, ha referido. “Miramos siempre al futuro sin perder de vista el pasado. Equilibrio entre experiencia y el mundo que nos rodea. A pocos kilómetros de aquí sigue abierta nuestra primera tienda Zara. A su lado tenemos tiendas de mayor tamaño y tantas otras cosas, pero nuestro origen sigue aquí recordándonos nuestros valores. Eso nos hace vibrar”. Es decir, “miramos al futuro, pero sin perder de vista el pasado, buscando siempre el equilibrio”.

En esta misma línea se ha pronunciado García Maceiras, al subrayar “el ansía de permanente mejora” y “el espíritu inconformista” dentro del líder mundial del textil. Y es que son “un equipo orgulloso con nuestro legado, exigente con nuestro presente e ilusionado con nuestro futuro”. Algo del pasado, presente y futuro ha referido en su discurso, destacando, entre otros aspectos: la contribución tributaria en España (donde paga el 25% de los impuestos del grupo), los 47.761 profesionales que tiene aquí dentro de una plantilla total de 161.281 personas o los 1.800 millones de euros que invertirán este ejercicio y el próximo en el plan de fortalecimiento de las capacidades logísticas (de los que más del 90% se destinará a nuestro país con la construcción de tres nuevos centros). Una apuesta por España que no es baladí, pues es “nuestro primer mercado, aporta el 14,8% de las ventas, es el punto principal de actividad y alberga las principales plataformas logísticas”. Además, recordarlo no está de más cuando desde el Gobierno se ha tendido tanto a atacar a los empresarios, y cuya última muestra es el intento de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, por imponer la reducción de la jornada, aunque ahora está dando marcha atrás e intentando un acercamiento con los empresarios.

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García Maceiras ha salido airoso de las cuatro preguntas de los accionistas sobre las emisiones por transporte, los salarios, las inversiones y el dividendo. De hecho, al hilo de este último, la estrategia pasa por un “crecimiento eficiente, rentable y sostenible” y por “mantener una remuneración atractiva”. Con un quórum del 89,65 del capital social, la Junta ha aprobado un aumento del dividendo a 1,54 euros por acción, del que se ya se ha abonado la mitad el pasado 2 de mayo y la restante llegará el 4 de noviembre. También se han modificado los Estatutos Sociales para reducir el mandato de los nuevos consejeros de cuatro a dos años. Como ya referimos crece la curiosa relación con el Banco Santander, porque los accionistas han aprobado la entrada de Belén Romana al Consejo de Administración, quien presidirá la Comisión de Nombramientos. Además, se ha nombrado a Flora Pérez Marcote, segunda esposa de Amancio Ortega, como consejera dominical (quien hasta ahora ocupaba este cargo en representación de Pontegadea Inversiones, pero ahora lo tendrá que hacer a título personal por una modificación introducida en la Ley de Sociedades de Capital, que ya no permite que los consejeros dominicales lo sean a través de sociedades); y se ha reelegido a la baronesa Denise Kingsmill, que continuará presidiendo la Comisión de Sostenibilidad. Eso sí, se ha dedicido la supresión de la Comisión Ejecutiva, que se creó el 28 de febrero de 1997 y que en los últimos años estaba inoperativa porque ahora, gracias a la tecnología, ya se pueden hacer reuniones de los miembros del Consejo a distancia siempre que sea necesario.