Just Eat Takeaway, gigante internacional de reparto de comida a domicilio, es un claro ejemplo del modelo empresarial actual, que combina ingresos al alza con unas pérdidas cada vez mayores. Lo más importante es aumentar el número de clientes, aunque eso suponga elevar los números rojos.

Concretamente, el grupo que dirige Jitse Groen ingresó un 46,5% más hasta junio (2.605 millones de euros) al tiempo que disparó las pérdidas hasta los 486 millones de euros, frente a los 59 millones registrados el año anterior. “Nuestra base de consumidores, la selección de restaurantes y la frecuencia de los pedidos han aumentado fuertemente, lo que permitirá mejorar la rentabilidad en el futuro”, afirmó Groen.

Un pequeño matiz: la propia compañía aseguró hace dos años que el negocio de reparto a domicilio será altamente rentable, pero solo para un grupo en cada país, es decir, lo que toda la vida se ha considerado un monopolio. Estos emprendedores sí que saben.